Black Star Line – Lalibela

Hace unos días tuve la suerte de reseñar un cigarro que me pareció sorprendente: War Witch de Black Star Line, una marca que en mi vida había oído y que no creo que compraría antes de probarlo, pues el nombre me suena demasiado parecido a Black Label Trading Co. o una variación de Black Works Studio, pero la verdad es que hay muchos cigarros y marcas con Black en ella, y no siempre es fácil diferenciarlos. Pero cuál sería mi sorpresa al ver que Cigar Hustler, los mismos que me enviaron el War Witch originalmente, me enviarían el Lalibela también como parte de su pack mensual. Nuevamente, siento que el nombre es muy parecido al de otro cigarro, en este caso Libélula, de Jeremy Jack Cigars.

Lalibela tiene posiblemente la combinación de nombre y anilla menos atractivo del mercado, con pocos colores, nada de repujado e imágenes difusas sobre ella. El nombre proviene de una ciudad etíope y es una de las ciudades más sagradas de ese país africano. Afortunadamente el cigarro sí es atractivo gracias a sus dimensiones de 6×52 y el moño de señora en la perilla, así como su capa brillante y sorprendentemente lisa, especialmente para ser San Andrés mexicana. En aromas no es tan sorprendente en la capa, manteniendo los aromas típicos que la caracterizan, como tierra mojada, notas sutiles de chocolate y algo de nueces. En la tripa, toda nicaragüense, se aprecian notas de frutos secos y cuero. Al picarlo, y esta vez me tengo que arriesgar con la doble hojilla sin limitador, me tocan aromas de cuero, frutos secos en general y pimienta suave en la calada en frío.

El tiro de Lalibela se siente bastante fluido sin ser suelto, con humo abundante y denso, y de verdad dándome una muy buena impresión del cigarro desde el primer momento. Los sabores son de café desde la primera calada, pero me impresiona lo suave que se siente en ese inicio, quizá más por su composición, pues esta combinación de hojas puede ser casi explosiva en otros cigarros. A mediados del primer tercio, más o menos al momento de la imagen, la fortaleza aumenta gracias a un fuerte componente de pimienta, que se funde con el café y nueces. En términos de construcción, la quemada es excepcional, el anillo de combustión casi perfecto y me toma unos 35 minutos superar el primer tramo.

En el segundo tercio los picos de intensidad parecen apaciguarse un poco y el cigarro se coloca en una intensidad media con fortaleza similar. El sabor principal sigue siendo de café pero esta vez con notas muy cremosas, en parte gracias a esos sabores de frutos secos, que le dan una sensación de crema de nueces, vainilla, una suave nota amarga que ayuda a darle mejores matices al café y un retrogusto de cuero con pimienta que me mantiene dándole caladas regulares al Lalibela. La ceniza lleva una menor tendencia a mantenerse sobre el cigarro y ese quizá sea el único aspecto negativo, pues se trata de una fumada que sigo disfrutando, incluso con la lentitud casi preocupante que alcanza en la quemada a partir del ecuador.

El último tercio de Lalibela realmente llega muchísimo después de lo que pensaba que iba a llegar. Marco exactamente dos horas de fumada cuando comienzo este tercio y el cigarro mantiene una quemada excepcional, denotando construcción magnífica y anillo de quemado ejemplar. Los sabores son básicamente los mismos, aunque algo menos cremosos, principalmente porque la fortaleza se coloca en un punto bastante alto, pero se siente fuerte el café, nueces (sin crema), otros sabores genéricos de frutos secos y algo de vainilla en el fondo, con su retrogusto de nueces y pimienta siempre presente. La pimienta tiene picos en el paladar, pero no por problemas de quemado, sino simplemente la liga haciendo que te acuerdes del cigarro regularmente. Luego de dos horas y 30 minutos, el Lalibela llega a su fin.

Lalibela es uno de esos ejemplos que porque un cigarro no te llame la atención, no quiere decir que no te vaya a gustar. Para una marca tan pequeña y de un lugar tan poco conocido por sus tradiciones tabaqueras (Chicago), aunque su fabricación es en Nicaragua, Black Star Line se ha caracterizado por tener sabores atrevidos, intensidad respetable y productos que no te dejan indiferente, al menos con los dos que he probado. Quizá el punto negativo que le puedo sacar a este cigarro es que no evoluciona mucho, sino que presenta una paleta de sabores en el primer tercio, que si bien son bastante atractivos, no varían mucho de un tercio al siguiente y, aunque esto a veces es apreciable y un cigarro con distintos matices basados en pocos sabores siempre va a ser interesante, luego de dos horas y media esperaría tener más sabores que listar en mi ficha técnica.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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