Probando y descubriendo, aproveché la oportunidad de una muestra que me envió un amigo de este whisky completamente inusual. Se trata de un whisky de maíz nixtamalizado. ¿Suena raro? Lo es. Pero sigue leyendo.
Debido a que el maíz no es completamente digerido por el cuerpo humano, y una revisión de lo que haces en la mañana después de haber comido maíz lo comprueba, los aztecas aparentemente crearon un proceso llamado nixtamalización a fin de utilizar todo lo que se pueda del maíz. Lo que hacen es hervir los granos de maíz (que voy a asumir que son crudos y no digeridos) en una solución alcalina hasta que se suavicen y luego los sacan de sus cáscaras y los procesan. Este proceso produce el maíz que se usa para las tortillas mexicanas también.
Este proceso fue extremadamente importante para los indios de Mesoamérica, pues no solo elimina cualquier bacteria u hongo que pueda tener el maíz, también aumenta drásticamente su contenido alimenticio, haciendo que los indios que lo consumían eran mucho más resistentes a malnutrición o deficiencias vitamínicas que las tribus que no lo consumían.
Desde el año pasado, la destilería Abasolo comenzó a producir un whisky puro de maíz. Mientras que los americanos tienen una base de al menos 51% maíz en su whiskey, el proceso de nixtamalización permite aprovechar el 100% del maíz y utilizarlo en el destilado. Este proceso también permite que el sabor del whisky sea mucho más floral, dulce y cálido. La destilería también asegura que este proceso que data de hace 4000 años permite descubrir las notas más profundas de los ingredientes mexicanos ancestrales.
El ingrediente principal de este whisky también permite apreciar directamente el terroir de la región. La destilería utiliza exclusivamente la especie de maíz cacahuazintle, a diferencia de los whiskeys americanos que utilizan especies alteradas genéticamente. Esta se trata de una especie autóctona mexicana que ha sido cultivada desde hace más de 200 generaciones por los indios mesoamericanos.
El destilado es añejado durante dos años en barricas vírgenes y de segundo uso, aunque no indica cuál fue ese primer uso… pero voy a asumir que es bourbon. Finalmente es embotellado a 43% de alcohol. Así que no queda otra que probar este whisky mexicano inusual y único, cuya botella de por sí ya llama muchísimo la atención.

En copa el whisky es de un color amarillo pajizo, con lágrimas largas y bastante separadas.
En nariz se siente bastante limpio y sin aromas penetrantes, ni siquiera una nota alcohólica destacada. Las notas primarias son de banana, flores blancas y algo de miel, y realmente no mucho más. Comparado con otros whiskeys americanos que destacan aromas a caramelo, madera y demás sensaciones típicas del terroir, el Abasolo se encuentra en el espectro completamente opuesto, incluso con una ausencia casi total de aromas de madera.
En boca nuevamente se siente limpio y sin muchos sabores de madera, pero muchos que no sentí en nariz. Inmediatamente se aprecian toques de banana, crema batida y, sin sorprender mucho, maíz de ese que te comes y de cotufas (palomitas de maíz). Le siguen notas de cuero, cartón y de las tortillas mexicanas crudas. La permanencia es bastante corta y el retrogusto tiene notas vegetales y de miel.
El Abasolo se trata de un whisky bastante complejo y memorable, e impresiona lo que el proceso de nixtamalización puede lograr en un destilado. Sus notas vegetales, florales y de maíz son las más destacadas, pero no puedo garantizar que sea del gusto de cualquiera que disfrute del whisky.
Es un destilado inusual y esa propiedad única hace que lo recomiende a cualquiera que disfruta de este tipo de destilados, precisamente por ser algo que no se había hecho nunca y que demuestra hasta donde puede llegar la inventiva. Como cuando le recomiendo a un tomador de ron que pruebe un agrícola.
Ficha Técnica:
Fabricante: Destilería y Bodega Abasolo
Nombre del Whisky: Abasolo
Marca: Abasolo
Origen: México
Edad: 2 años
Precio: $55
Densidad alcohólica: 43%
Puntuación: 82