Rocky Patel – The Edge Maduro

Conversando hace unos días con los amigos de Vitolas Cigar Shop, les pedí que me enviaran unos cigarros de estos, creyendo que era el The Edge Corojo, que siempre me ha gustado. Cuando llegó el cigarro, me di cuenta que era bastante más oscuro de lo que recordaba, así que les escribí e inmediatamente me respondieron que no, no es el Corojo sino el Maduro. Poco pensaba yo que si Rocky Patel usaba una anilla distinta para el capa Corojo, el capa Habano y el capa Sumatra, usarían la una repetida para el capa Maduro, pero ahí está. Pero el hecho es que The Edge Maduro existe desde 2006, más o menos, pero se hacía sin la anilla inferior y hasta el día de hoy mantienen secreta una de las hojas de la tripa, con el nombre de Proprietary, que quiere decir que es de su finca, pero en otros círculos es sinónimo de un tabaco saborizado.

Me llama la atención que el área de la perilla es mucho más clara que el resto del cigarro, que es exageradamente oscuro y eso sirve para ocultar la gran cantidad de venas que tiene. Pero en aromas no es tan variado ni abundante, describiendo apenas paja y mosto en la capa, mientras que la calada en frío presenta chocolate, cuero, madera y frutos secos, pero poca intensidad de cada uno y lo que pareciera que será un tiro algo apretado. Le quito la anilla inferior y por la cara interna dice algo como cuidado con las imitaciones y no recuerdo otro The Edge que dijera algo similar. Mientras me pongo a pensar si los The Edge que he fumado anteriormente dicen eso, me doy cuenta que no vale la pena, porque es hora de darle fuego, sin duda.

El The Edge Maduro comienza interesante, en verdad. El tiro es irregular y eso es lo único que no me gusta, pero hay abundantes notas de madera y cuero, algo de pimienta, chocolate negro y ciruelas, con un retrogusto de lo que llamarían «torta de navidad». Una corta investigación me lleva a determinar que la capa es de origen hondureño y eso sin duda es parte de la razón por la que los sabores no son tan agresivos como sucede con capas de otros orígenes. Hacia el final del tercio los sabores de chocolate se hacen más fuertes, alcanzando la intensidad de la madera y el cuero. En construcción el anillo de combustión es casi recto, pero tiende a variar y la ceniza no se sostiene mucho tiempo. El tiro sigue siendo variable.

No hay cambios especialmente significativos cuando entro en el segundo tercio, salvo la aparición de notas cremosas en el ecuador del cigarro y un toque muy suave de regaliz negra, aunque este puede ser simplemente anís y dados los colores del cigarro yo lo estoy pintando como regaliz. La pimienta es algo más suave y eso hace que el cigarro pierda algo de fortaleza también, por lo que la calificaría de intensidad media y fortaleza media-baja, pero este tiro irregular hace que en momentos esté relativamente suelto y en otros esté apretado, por lo que tengo que regularlo con los dientes y esto no es bueno para una fumada a largo plazo. Pero al menos no se apaga (aunque sí le doy un retoque) y el anillo de combustión sigue siendo muy decente.

La pimienta desaparece por completo en el último tercio, pero el cigarro sigue con sus sabores de chocolate, cuero, madera, orejones de durazno (esto apareció luego de la mitad) y notas dulces. El hecho que la intensidad se ha reducido y se ha colocado igual que la fortaleza en media-baja y que el tiro es irregular no ha permitido que esta calidad de sabores sea apreciable en cada calada. El anillo de combustión termina de desviarse en el último tercio y llega a un punto que mantenerlo entre los dedos es incómodo y ahí dejé el cigarro de lado. El tiro siempre fue variable e irregular, pero me tomó una hora y 35 minutos fumarlo completo.

Cuando vi que este cigarro era un The Edge y pensaba que era Corojo, lo dejé en la sección del humidor dedicada a guarda a largo plazo. Cuando lo estudié un poco y descubrí que no era Corojo sino Maduro, lo cambié a la sección de próxima fumada/reseña, pero en esa sección permaneció un par de semanas antes de encenderlo, precisamente a raíz del cambio. No obstante estos productos son hechos a mano y es inevitable que un pequeño porcentaje de ellos no tire bien… al menos es un porcentaje menor que los de otros orígenes. Pero dicho todo ello, esperaba más de este cigarro y aunque hay muchos que denigran a Rocky Patel por hacer cigarros similares y sin imaginación, en lo personal he tenido muy pocas experiencias negativas con la marca. Este The Edge Maduro es uno de los que no usaré para defender esa posición.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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