Hace unos meses estaba conversando con un amigo de cigarros y le comenté que nunca había probado un Warped. Luego de esperar un tiempo prudencial a ver si iba a soltar una carcajada, mi amigo me dijo que él tenía algunos y me regalaría uno: este Futuro. Eso fue en diciembre 2017 y el cigarro ya contaba con un año en su humidor, por lo que estamos hablando de un poco más de año y medio (19 meses) de guarda. El Futuro es torcido en TABSA, una fábrica de Casa Fernández, que es donde también se fabrica La Hacienda y Flor del Valle y Corto, todas de Warped. El cigarro solamente existe en dos vitolas: Selección 109 que es equivalente a un toro, y Selección Suprema, que es como un robusto, y este 109 tiene una perilla de ‘bala’, muy al estilo cubano. Con una producción limitada a 400 cajas de 20 cigarros (8,000 tabacos), se puede decir que es una pequeña joya lo que me voy a fumar esta tarde.
Antes de encenderlo el cigarro se siente bastante sólido, con una consistencia que podría llegar a ser preocupante por su rigidez, y unas venas gigantes. La capa tiene aromas bastante particulares, incluyendo madera, miel y pimienta. En el pie se le sienten esos mismos aromas y un toque de cacao, mientras que la calada en frío presenta cacao, pimienta, crema y tierra. El tiro en frío se siente un poco apretado, pero disfrutable, al menos.
Sin embargo, al darle fuego el tiro es perfecto. Al principio los sabores son sutiles y limitados, incluyendo cacao, pimienta y madera, con una intensidad media y un acompañante de tabaco rico que es la parte más fuerte del sabor. A veces me da cierto temor cuando alguien me regala un cigarro con la esperanza que lo pruebe, lo cate y me guste tanto como a ellos. Tengo muchísimos diálogos internos sobre cómo explicarle a la persona que su cigarro no me gustó tanto como a ellos les gusta… bueno, yo soy experto en complicarme. Una vez me dio una crisis de nervios cuando fui a un cine y estaban todos los asientos vacíos. No sabía cuál escoger y me tuve que salir del cine. Pero el Futuro… en el primer tercio entré en ese conflicto interno, porque es bastante ‘normal’. Los sabores no son fuertes y el que más se siente es tabaco, como sería de esperarse, así que ninguna sorpresa. Y, ¿cómo le digo esto a mi amigo?
Pero al finalizar el primer tercio el cigarro dio un giro completamente inesperado. El cigarro es pimienta pura, no tanto porque pique en la lengua, lo cual si pasa un poco, pero el sabor de la pimienta inconfundible, puro e intenso. Es al final del primer tercio donde los sabores se sienten finalmente y lo estoy disfrutando del todo, su riqueza y cremosidad, sus matices de chocolate y miel hacen que se convierta en un cigarro bastante complejo en este punto.
Cuento media hora desde que encendí el cigarro y voy entrando en el segundo tercio con sabores de pimienta, chocolate, madera, cítrico de naranja, caramelo y vainilla. Los sabores son como una cascada que emana desde la perilla e invaden el paladar con una sensación sedosa en el humo. Es el segundo Warped que he podido catar, pero el tercero que he fumado. El primero, del que hice cata fue el Corto, que es excelente pero muy corto (de ahí el nombre) y el otro es La Hacienda, que no he hecho reseña pero no me pareció tan bueno como estos otros. Aunque habrá que esperar a que esté un tiempo prudencial en el humidor (ya tiene 7 meses).
Hacia la mitad del cigarro el tiro parece comprometerse un poco, siento que está más fuerte y sale menos humo, pero habrá que seguir probando. Sin embargo, los sabores también parecen estar pasando por una transición y por un momento temo que se vean afectados por esa tendencia plana del principio. La línea de quemado, perfecta hasta ahora, también comienza a desvariar un poco, mientras que el final sigue perdurando en el paladar y los sabores se mantienen casi iguales, con solo el fortalecimiento del cacao.
Superando la hora de fumada me aproximo al último tercio con un fortalecimiento de los sabores que he sentido hasta el momento e incluso la aparición de algunos nuevos, un detalle que suele ser difícil en cigarros nicaragüenses: chocolate, crema, cítrico de naranja, caramelo, vainilla, pimienta y mantequilla. Mientras continúo fumando esta maravilla de cigarro comienzan a aparecer algunas imperfecciones, pues la capa parece resquebrajarse un poco (no le tomé foto) y el tiro sigue apretándose. En algunos casos lo picaría más, pero no quisiera hacerlo aquí precisamente por ese detalle con la capa, que no está afectando tanto los sabores pero sí la quemada y el tiro.
Pero el cigarro ha estado perfecto durante casi toda la fumada y no quiero arriesgar nada en este punto, así que sigo fumándolo hasta donde se pueda. Dicho esto, se siente un sabor empalagoso de almendra que se mantiene hasta que le quito la anilla y termino desechando el cigarro cuando le quedan todavía unos centímetros por fumar, pero el hecho es que se apagó y como el tiro se iba apretando, no quise arriesgarme a volver a encenderlo y que eso afectara los sabores cuando quedaba tan poco cigarro. Habiendo finalizado este gran cigarro, la verdad es que me recordó bastante al Aganorsa Leaf de Casa Fernandez, lo cual tiene sentido porque ambos son cigarros extraordinarios y son fabricados en el mismo lugar. Como trivia les puedo decir que el 109 del nombre se refiere a la perilla, comúnmente conocida en Cuba como la 109, una combinación de belicoso y robusto, estilo que es imitado no solo por este Futuro sino también por los Crux.
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