La Palina – Black Label

Hace alrededor de 2 años un amigo que viaja constantemente entre República Dominicana y Venezuela me dijo que quería comenzar a fumar cigarros buenos y le recomendé el Chogüí Dos77 por ser un cigarro relativamente difícil de conseguir (aunque fácil en RD), muy bueno y diferente. A su llegada me regaló como 4 de ellos en agradecimiento, pero hace unos 8 o 10 meses me regaló todos los que le quedaban, dado que no terminó de animarse a fumar. En seguida contacté a varios de mis amigos para intercambiar por unos 5 Chogüí que tenía (soy así de generoso a veces) y este fue uno de los que me dieron. Ya de entrada sabía que se trataba de un cigarro normal, pero no me iba a poner exigente. Otros me dieron un Leccia, un Oliva Monticello y demás.

La Palina - Black Label 01

El Black Label tiene una capa y consistencia interesantes, con varias venas, algunas más sobresalientes que otras y una apariencia más oscura de lo que debería ser. Se trata de un cigarro que tiene unos 4 años en el mercado y siempre está disponible. Como he tenido buena experiencia con otros de la marca y tengo uno que otro modelo en el humidor, pues adelante. La capa brasileña tiene varios aromas, pero destaca uno como de leña, parecido a las capas de los Kentucky Fire Cured, aunque no tan exagerado. Cuando lo pico, la calada en frío presenta varios aromas interesantes de tierra, madera, frutos secos y cuero.

La Palina - Black Label 02

Recién encendido el cigarro me parece un chasco, pues apenas tiene sabores y son todos muy suaves, quizá es porque quedo más impactado por la enorme cantidad de humo que desprende. Pero al cabo de unos 2 minutos el cigarro estalla con pimienta y tierra que atacan el paladar, seguido muy de cerca de regaliz similar a unos caramelos que probé en Alemania llamados Fisherman’s Friend, aunque estoy seguro que se consiguen en todos lados y que no son alemanes.

La Palina - Black Label 03

Porque soy muy descuidado tropiezo el cigarro con el cenicero y la ceniza se desprende, pero en el primer tercio también se aprecia caramelo de canela, como esos súper picantes que comía de niño y que el reto era cuánto tiempo lo soportabas en la boca sin moverlo… claro, es el sabor, no el quemado lo que siento aquí. Hacia el final del primer tercio también aparece un toque dulce y de madera, junto con crema, cacao y cuero.

La Palina - Black Label 04

Cuando estuve en República Dominicana el mes pasado, en Cornelio Cigars aprendí un poco (más) sobre los cigarros pintados, o ‘betuneados’, como los llaman en la isla y me dijeron de varios cigarros que a todos gustan y que son muy famosos (no los voy a nombrar), que son pintados para que tengan sabores adicionales y boten mucho más humo. Creo que las imágenes hablan por sí solas sobre el trato de la hoja de este cigarro, pues incluso sin fumarlo distraía la cantidad de humo que emana. El cigarro quema bastante rápido, por lo que los tercios van pasando sin que se note mucho. En el principio del segundo tercio siguen apareciendo sabores, aquí incluyendo pasas e higos, aunque la pimienta del inicio ya desapareció pero el regaliz se mantiene fuerte y es acompañada por un poco de vainilla y maple.

La Palina - Black Label 05

Mitad del cigarro y se aprecian sabores de café y la pimienta regresa con intensidad, mientras el cigarro se mantiene en una intensidad media que permite apreciar bien muchos de los sabores. Un tema bastante negativo con los cigarros betuneados es que muchas veces se le sienten sabores que no vienen de las hojas del tabaco, sino de esa misma pintura, lo que hace que la experiencia del fumado sea un poco falsa, al incluirle sabores adicionales que no sean puros. El problema del betún es que puede incluir cualquier sabor, que es por lo que tomo con un poco de escepticismo este cigarro, que si bien tiene varios sabores y distintas intensidades y matices, no me termina de convencer el origen de ellos. Precisamente, en este punto los sabores son pimienta, regaliz, chocolate, café, maple, canela, madera, pasas, higos y tierra.

La Palina - Black Label 06

En el último tercio el humo no para y la capa comienza a resquebrajarse un poco, dos temas que me distrajeron bastante de la fumada, pero en realidad el cigarro quema bien, su línea de quemado es buena y el tiro es espectacular. La nicotina aparece en el último tercio y tiende a golpear un poco, pero nada del otro mundo. Algo bueno es que a partir de la mitad quema bastante lento, por lo que el tiempo total de fumada supera los 90 minutos y en el último tercio sigue siendo explosivo de sabores gracias a la pimienta, finalizando sin mayor problema aunque quizá calentándose un poco al final, lo cual es comprensible. En realidad el Black Label me gustó, tiene sabores agradables, consistentes y duran toda la fumada, pero el hecho que esas cualidades son logradas a partir del betuneado y la gran cantidad de humo lo comprueba, me molesta un poco y es la razón por la que no le puedo dar una mejor calificación. Podría fumarlo de nuevo, pero sería un tercer cigarro del día, si acaso.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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