La Palina – Blue Label

Como bastante defino lo que he probado y aprendido de La Palina en el último año. Sorprende la cantidad de marcas que existen en el mercado, sobre todo el americano que es el más abundante. Cuando te dedicas un poco a aprender sobre una cierta marca, sorprende aún más descubrir todos los productos que tienen. No me acuerdo cuál fue el primer producto de la marca que probé, pero sí recuerdo que muchos de ellos estaban en el rango de cigarros baratos, así que nunca les di mayor importancia. Luego estaba la línea de banda de colores: Black Label, Red Label, Bronze Label, de precios similarmente bajos y fue bajo esa premisa que llegué a este Blue Label, como parte de un sampler de la marca. Pero mientras que esos de bandas de colores tienden a ser versiones baratas, este Blue Label no es tanto lo barato, sino lo limitado. Originalmente creado como parte del sampler TAA, tuvo tanta aceptación y su producción era garantizada, así lo crearon como un producto regular, aunque limitado. Se trata de un cigarro producido en Honduras, con capa Habano hondureña, capote hondureño y tripa nicaragüense. Originalmente producido solamente en vitola toro, hoy incluye robusto y gordo también. El que tengo en mis manos es robusto.

La capa habano es bastante lisa y relativamente oscura, haciendo buen contraste con la anilla azul, pero precisamente porque es la misma anilla de sus cigarros baratos en distinto color, no hay mucho que me llame la atención del cigarro apagado. La capa tiene aromas a nueces, tierra y algunas notas dulces, que también es bastante mundano y no despierta grandes expectativas. Luego de picarlo con la doble hojilla, los aromas de la calada en frío incluyen tierra y madera como los más abundantes pero también notas suaves de cítrico y chocolate. Esta calada en frío es algo más llamativa y espero que se vaya por esos sabores, pues insisto, no parece ser gran cosa.

El Blue Label comienza atractivo, porque no son notas necesariamente picantes, pero sí se siente un aroma a pimienta. No solo pimienta, sino también madera, cítrico y tierra húmeda. Ese de tierra húmeda es probablemente el más intenso de los sabores, aunque no quiero decir que los otros se sientan poco… realmente hay una gran cantidad de los sabores mencionados y son los de madera y pimienta los más suaves, y es al final del tercio que los sabores cítricos se sienten con la mayor intensidad. Con todo eso, creo que el cigarro es de intensidad media-alta y de fortaleza media-baja, interesante y complejo, aunque no tan duradero en cada calada. El anillo de combustión no es el mejor, pero produce una ceniza respetable y el tiro fenomenal.

Ese cítrico que aparece al final del tercio anterior se vuelve uno de los sabores principales en el segundo tercio, pero le acompañan notas cremosas y de vainilla que mejoran muchísimo la experiencia, especialmente con el apoyo de las notas de pimienta que no dejan de sorprender porque se comportan como el bajo en una banda de jazz tradicional, simplemente presente, dando toques de «mantenimiento», pero muy notable si se ausenta. Los sabores de tierra se colocan en el centro, pero a partir de la mitad del cigarro, el cítrico comienza a reducir un poco su intensidad, dando más cabida y protagonismo a la tierra húmeda. Pareciera que esta tendencia va a ser lineal, pues el cítrico mantiene una escala descendente en esa intensidad, al menos hasta el final del segundo tercio. La ceniza sigue muy bien puesta y es al final del tercio que la dejo caer. El tiro es igual de bueno que en el tercio anterior. Intensidad media-alta, fortaleza media.

No me parece que haya grandes cambios en el último tercio y me hubiese gustado algo más de cítrico, pero en vez de ello me encuentro con una nota de vainilla que acompaña muy bien al sabor de tierra húmeda y me hacen olvidarme del cítrico. El Blue Label también tiende a hacerse un poco seco, por lo que esa vainilla no es tan cremosa como llegó a ser en el segundo tercio, pero lo bueno es que esa sequedad no se traduce en una garganta áspera, sino que me lleva a probar el cigarro con menor regularidad, lo que asegura una quemada más fría y me lleva a realmente disfrutar esta fumada. En ocasiones sucede que los cigarros se hacen más cremosos al final y eso lleva a darle más caladas, lo que se traduce en una quemada más caliente, esponjosa o desagradable al final. Cuando marco una hora y 25 minutos, el Blue Label llega al final.

He fumado otros cigarros de TAA y la experiencia ha sido siempre positiva, pero este Blue Label realmente no es de TAA, pero entiendo que es la misma liga, solo que carece de esa exclusividad y, por supuesto, de la anilla adicional. En estos samplers de TAA tienden a haber cigarros que son el top of the line de las marcas, y aunque para mí La Palina sigue siendo una marca relativamente barata tanto en precios como en calidad, no colocaría este cigarro al nivel de otros TAA como el Tatuaje TAA 2014, por mencionar uno. Pero para ser muy honesto, no está muy lejos tampoco. Se trata de una buena fumada, compleja y bien construido. No es mucho más lo que puedes esperar de un cigarro de $6.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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