La Flor Dominicana – La Volcada

Desde hace unos años la marca La Flor Dominicana ha estado creando productos nuevos a fin de rendir tributo a ciertos rasgos culturales que han formado a Litto Gomez. Esto comenzó con la producción limitada del Andalusian Bull, rindiendo tributo a la región española donde nació Litto. Con La Volcada quieren saludar a Uruguay, en donde Litto se crió y con el nombre de un movimiento del baile del tango, originario de Uruguay y Argentina. La producción limitada de La Volcada solamente se hace en vitola churchill y comparte el capote con el Andalusian Bull. Tuve la oportunidad de comprar dos ejemplares en República Dominicana en la tienda de Cornelio Cigars el pasado mes de septiembre.

El primero ya lo fumé y por lo mismo tenía muchas ganas de sentarme a degustar y diseccionar los sabores de este. Sí me llama la atención que la capa se siente bastante rugosa y con un aroma penetrante de cuero y uvas pasas, mientras que en el pie se sienten aromas más dulces como de galletas, un toque de establo y vainilla. Cuando lo pico el tiro me parece un tanto apretado, pero no es algo inesperado con este tipo de vitola, mientras que los aromas son de café acaramelado, tierra y arándanos.

Aunque es de un cepo relativamente pequeño, me cuesta encenderlo parejo o al menos que mantenga el encendido parejo. El sabor principal nada tiene que ver con ese sabor de café o caramelo de la calada en frío, sino que es más terroso y de nueces, con un fondo del sabor de arándanos. Su intensidad es media fuerte, pero me veo en la obligación de darle caladas constantes a fin de mantener el fuego vivo, pues tiene una tendencia a querer apagarse. En el principio es un cigarro muy típico de LFD con sus sabores de tierra, nueces y algo de canela. Sin embargo, en el retrogusto se le sienten aromas de crema y limón.

En el segundo tercio los problemas de tiro y mantenimiento del fuego parecen resolverse pero el grupo de amigos con el que estoy dicen que es más ‘la flor’ que ‘la volcada’, pues la ceniza tiene una clara tendencia a ‘florecer’. Pero es también en el segundo tercio donde los sabores florecen y se siente el mismo sabor de tierra como el principal, junto con semillas de girasol y pimienta. Las nueces desaparecen entrando en este tercio y la intensidad del cigarro se aproxima a media-fuerte.

En la mitad del cigarro, aunque la imagen es de algo más adelantado, el cigarro requiere un retoque pero eso no resuelve el florecer de la ceniza y la quemada sigue siendo dispareja. A partir de este punto los problemas de tiro regresan y a veces me veo obligado a morder un poco la zona de la perilla a fin de permitir que pase mayor aire por ella y me doy cuenta que el cigarro tiene secciones más esponjosas que otras.

En el último tercio el cigarro se siente un poco más fuerte y más complejo gracias a un sabor medianamente salado de pan y caramelo, y un perfil de pimienta que se va haciendo más intenso hacia el final del cigarro. Esta sensación picante la tengo en el centro de la lengua pero también en los labios. En cuanto al resto de los sabores, no hay mucha variedad y su intensidad sigue siendo media-fuerte.

El tiempo total de fumada fue de una hora y 45 minutos, aunque no lo fumé hasta el final pues tuve que hacer algo cuando me quedaban unos 10 minutos de cigarro y al regresar ya se había apagado y no lo quise encender de nuevo. Aunque La Volcada es fabricado con la misma idea de diversificación de la marca y las ligas que el Andalusian Bull, este cigarro no se siente particularmente como un LFD; le hacen falta los sabores más robusto y los sabores más intensos que son sinónimos con la marca, pero también le hace falta la complejidad que ha llevado a varios de sus cigarros a estar entre los 10 mejores de tantas revistas y bloggers. Aunque no hay nada malo que pueda decir de La Volcada, no es un cigarro que me parezca armonioso, y aunque puede que lo vuelva a fumar, no será mi preferido de la marca, que por cierto, tiene muchísimos productos mejores y que me encantan.