A menos que seas un ermitaño, seguramente has oído de Jesus «El Chapo» Guzmán. Más allá de sus logros como jefe de un cartel de drogas, quizá lo más impresionante de él es el hecho que logró escaparse tres veces de la cárcel. En lo personal, nunca me ha gustado glorificar a los asesinos, razón por la cual nunca me han gustado las imágenes de Fidel, el Che, Mao, las drogas, traficantes, jíbaros y demás. Pero, en el caso de El Chapo y leyendo un poco sobre el cigarro en sí, en ningún momento celebra a la persona, sino que el cigarro se llama así por ser pequeño y fuerte. Honestamente, no lo hubiese comprado si no fue porque me lo recomendó Manuel de Cigar Market en Santo Domingo.
Pero hablemos del cigarro, porque del personaje ciertamente no tengo ganas de hablar. El cigarro únicamente está disponible en este tamaño 4×60, por su similitud con El Chapo, y su La capa es de un marrón hacia más claro de lo que pensaría, con una anilla bastante sencilla de letras en stencil. Los aromas de esta capa incluyen una combinación de grama y cuero, mientras que en el pie se aprecian aromas muy similares, pero incluyen también un toque de pimienta. Finalmente, luego de picarlo aprecio una combinación de paja, cuero y una sensación picante, tanto en la lengua como en los labios.
El Chapo comienza con toda la intensidad que esperaría, luego de un rato encendiéndolo de manera uniforme y de asegurarme que no fuese a tener problemas en la quemada. Los sabores a pimienta son fuertes, sintiéndose principalmente en la lengua, pero también en el paladar e incluso hacia la garganta, pero también lo acompaña un sabor cremoso de cuero que envuelve el paladar junto con una cantidad muy respetable de humo.
Durante este primer tercio, aunque en la imagen creo que me falta un rato para llegar a su final, se aprecia también un sabor dulce que acompaña a los anteriores y sirve de preámbulo a la entrada de un sabor de madera que incluso suaviza el sabor de la pimienta. Estos tres sabores parecen complementarse durante el primer tercio, sin ninguno manteniendo un liderato continuo y un retrogusto principal de pimienta pero con contenido de cuero también. Hacia el final de este segmento también se siente un sabor mineral como de tiza, al punto que llega a tomar el protagonismo, dejando la madera de segundo y borrando a la pimienta. En términos de intensidad está entre media y alta, pero dudo que mantenga esa tendencia.
La verdad es que siempre tengo problemas determinando dónde son los tercios en estos cigarros de dimensiones tan pequeñas, pero los identifico mejor con el gusto al sentir las transiciones, siempre que la liga siga la tradición normal. El sabor a tiza se suaviza un poco en el segundo tercio y el sabor a madera y crema le superan ligeramente, hasta el punto que la tiza baja un escalón bastante grande y es sustituida por un mosto que se combina con los sabores de madera y crema, en vez de diferenciarse. En cuanto a lo negativo, el anillo de combustión siempre ha estado problemático y en esta imagen ya es imposible de ignorar. En ese momento le di un retoque, pero siento decir que no fue el único.
Afortunadamente la ceniza se mantiene muy bien colocada sobre el cigarro y cada calada pareciera fortalecerla. El sabor de madera se convierte en un sabor más de leña en este punto que identificaría como (casi) la mitad, mientras que el retrogusto es de tierra seca. Mientras llego al final de este segundo tercio el sabor de crema toma la delantera sobre los demás, mientras ese sabor de mosto queda relegado al final de los sabores, pero la intensidad del cigarro aumentó, aunque no ha superado esa frontera para ser considerado de alta intensidad.
Comenzando el último tercio, el anillo de combustión pareciera acomodarse, o al menos seguir una tendencia que me hace pensar que no voy a tener que darle más retoques, afortunadamente. Los sabores siguen siendo de crema, leña y un sabor general de madera que no incluye ese ahumado por el que le pondría leña. También el cigarro comienza a calentarse, independientemente de que le dé caladas más espaciadas. Nuevamente el cigarro va compartiendo la intensidad de estos sabores hasta el final, sin llegar a una intensidad alta, pero llegando muy de cerca a esa frontera. Cuando marco una hora y 5 minutos de fumada, El Chapo llega a su fin.
En general, El Chapo es un cigarro de intensidad respetable, aunque no tan fuerte como dice la marca. Sin embargo, no recomendaría fumarlo sin haber comido antes. Sin duda es una recomendación en el rango de los $8 por cigarro, de un producto diferente e interesante, con pocos sabores pero buenos matices entre ellos. Si tuviera un anillo de combustión más recto, o al menos más consistente, hubiese sido preferible, pero no por eso podría decir que el cigarro no es bueno. Incluso, parte de las hojas que tiene en su tripa y capote provienen de Aganorsa, así que si te gustan esos cigarros, este te debería gustar también. Si no, y te gustan los cigarros de gran cepo con corto tamaño, este es un buen ejemplo. Pero si sigues teniendo problemas con él por el nombre, pues no lo pruebes y sé feliz.