Davidoff – Real Especiales 7

El Real Especiales 7 es un producto que Davidoff lanzó originalmente en 2004, en cuya fama se han querido apoyar para lanzarlo nuevamente en edición limitada, con una liga ligeramente distinta pero con la misma promesa. Dicha liga se ve bastante interesante en papel, constando de 5 hojas distintas en la tripa, más la capa, más el capote; lo cual da como resultado 7 hojas y de ahí su nombre. El cigarro lo recibí como parte del paquete mensual de Small Batch Cigars correspondiente a abril de 2019 y desde entonces ha estado en mi humidor (un poco más de 10 meses).

El cigarro efectivamente está limitado a solo 40 mil unidades, que suena a bastante, pero en el gran mercado de tabacos y sobre todo en el de cigarros super premium como son los Davidoff, es un número que pronto desaparecerá. El Real Especiales 7 es un cigarro bastante oscuro en comparación con la gran mayoría de los Davidoff y bastante ‘seco’ teniendo en cuenta la gran oleosidad que tienen muchos de sus productos. Tampoco tiene la apariencia tan precisa y detallista como a lo que la marca nos tiene acostumbrados, sino que se nota una cierta apariencia rústica en él, como la que esperaría de algunos habanos. Los aromas de la capa tienen una cierta acidez, como del tabaco joven, también se aprecia chocolate y semillas de sésamo. En el pie hay aromas a chocolate y pistacho, y la calada en frío presenta sidra, mantequilla de maní, un fondo de notas perfumadas y un tiro bastante decente.

El Real Especiales 7 comienza con una intensa sensación cremosa, acompañada de sabores de corteza de carne a la parrilla y un toque final de pan y cuero. El humo es denso y el anillo de combustión no es muy recto que se diga, y teniendo en cuenta el precio de los Davidoff, tiendo a ser más crítico con estos detalles, pues aunque es el cuento de nunca acabar, es algo que uno esperaría que estuviera resuelto cuando superas la barrera de los $18 por cigarro (este cuesta $28.50).

A lo largo del primer tercio el cigarro presentó una intensidad media-alta, con sabores que comenzaron como avena y se convirtieron en nueces, pimienta y un toque salado. En el retrogusto se aprecian notas de masa de pizza y tierra. El anillo de combustión se tiende a acomodar, pero tengo mi encendedor a la mano pues regularmente amenaza con deformarse de nuevo. Hasta el momento no lo he necesitado, pero con los Davidoff nunca se sabe.

En el segundo tercio el Real Especiales 7 se siente más denso que antes, como si el humo fuese masticable y cada calada estuviera cargada de sabores a discernir. Hay un adicional de sabores a tierra que incluye la sensación de sabores a hongos y sal, y en el retrogusto se aprecia mostaza y chicle bomba. A propósito de esos sabores dulces, el cigarro se siente mucho más dulce, y con el adicional de mostaza en el retrogusto, es realmente un cigarro diferente y lleno de aromas y sabores, que por el momento se mantienen en una intensidad media-alta pero estoy casi seguro que irá aumentando.

En el último tercio el sabor se siente mucho más cítrico, igualmente pesado y masticable e incluso más salado. En el retrogusto se siente con más especias, aunque ya no es mostaza sino más como paprika, cáscara de limón y pan, y el pan también está presente en el paladar. La intensidad se mantiene en media-alta y ya como que no va a aumentar más pero tampoco requiere retoques técnicos incluso ya en el último segmento. Cuando le quité la última anilla sí se apaciguó un poco la llama y por precaución le di un retoque, pero solo para asegurarme que tuviera un encendido uniforme y no tener que estar pasando trabajo un rato después.

He visto distintas reseñas de este cigarro en línea y en todos los casos es comparado con el producto de 2004. En 2004 no fumaba, incluso tenía alrededor de un año de haber dejado el cigarrillo y no tenía las mínimas intenciones de fumar, aunque viviendo en Canarias sí me fumé uno que otro tabaco local sin que me enganchara. Por ello, sería absurdo para mí compararlo con un cigarro que nunca he probado y la tendencia en otros blogs es decir que no se acerca a la calidad de este cigarro, que por cierto tenía hojas de 1996 en su tripa. Pero para mí este Real Especiales 7 es una maravilla, quizá entre los mejores Davidoff que me he fumado, aunque no mejor que el Yamasá que fumé hace poco. También me impresionó porque tenía entendido que los Davidoff de anilla blanca eran más tradicionales y menos atrevidos que los de anilla negra, pero este realmente cumplió.