Tengo un amigo a quien le gusta comprar por cajas. No es lo mío y a veces me cuesta entenderlo, pero ciertamente no es la única persona que lo hace. De hecho, creo que son más quienes compran por cajas que los que no. Pero el tema es que este amigo compra por cajas incluso cigarros que no ha probado nunca; y eso sí que es raro. Yo a veces he caído en la «trampa» de tener que comprar un 5-pack de un cigarro que no he probado, simplemente porque lo quiero probar y porque no lo he conseguido en menor cantidad. Eso fue lo que hice con el Espinosa Murcielago, por ejemplo, pero este amigo compra cajas de 20 cigarros sin tener idea de qué son, ni si son buenos o malos. Esa experiencia lo llevó a adquirir una caja de este Factory Smokes Sweets, un cigarro de Drew Estate que es «cuban sandwich», que consiste en una combinación de tabacos de tripa larga y corta dentro del cigarro. Lo más divertido es que cuando le dije a mi amigo que se trata de un cigarro endulzado, no me creía. Es decir que ni siquiera revisó eso, al parecer. Como si el nombre no lo hiciera obvio.

La perilla del cigarro está bastante golpeada, lo que me hace pensar que el corte que le dé tendrá que ser más alto de lo normal, pero afortunadamente el cigarro es torpedo, lo que asegura que no le voy a hacer un corte superficial tampoco. Una breve revisión por internet de este cigarro me muestra que esa perilla parece ser bastante propensa a despegarse o a tomar esta forma, así que puede que no todo esté perdido. Dice la marca que los tabacos de estos cigarros de tripa corta no son necesariamente sobrantes de otros cigarros, sino que son tabacos creados específicamente para esta liga y que el único sabor añadido está en la perilla. Pues la capa se ve bastante rústica, casi pareciera un Broadleaf aunque sé que es Habano y tiene aromas de madera y paja, mientras que en el pie se aprecia madera y cuero. Finalmente, la calada en frío presenta notas suaves de madera, pero la mayoría de estos aromas se pierden por la intensidad dulce que se siente, incluso en frío. Sin embargo, no es simplemente azucarada, sino que se siente también una nota como de salsa barbecue.

El Factory Smokes Sweets comienza con una nota de pimienta y crema, que es dominada por esa nota dulce, pero esta afortunadamente solo se siente en la lengua y me permite apreciar notas adicionales por el retrogusto, en donde se siente una evolución de esa pimienta y crema, que es acompañada de madera a la mitad de este primer tercio, siendo la nota de crema quizá la más dominante y algo de mosto hacia el final del tercio, aunque en el paladar los sabores dulces son prácticamente los únicos y el cigarro tiene una intensidad suave. El anillo de combustión lleva una tendencia a desviarse, por lo que el encendedor se queda a mi lado, pero el humo es abundante.

En el segundo tercio el perfil de sabores mantiene su sencillez, destacando crema, pimienta y mosto, aunque la pimienta va en aumento y a mediados del cigarro llega a la cúspide. Esa combinación de pimienta con el dulce extremo de la perilla hacen que la combinación tenga unas notas de barbecue que son por demás, interesante. Pero también a la mitad desaparece la nota cremosa en donde solamente se siente madera y pimienta en el retrogusto, y hacia la frontera con el último tercio la pimienta parece desaparecer.

En el último tercio los sabores de madera son más secos, pero se mantiene el sabor de mosto en la misma intensidad y pareciera que la abundancia de sabores dulces de la perilla ha disminuido un poco, al punto que se hace difícil de sentirlo hacia el final del cigarro, pero afortunadamente regresan los sabores de crema, aunque durante poco tiempo, o al menos hasta que el cigarro no se hace muy cómodo de fumar. Esto sucede porque al tener esa perilla dulce, sin querer produzco más saliva y no me doy cuenta cuando le doy caladas que estoy mojando el cigarro más de lo normal, ergo tarda muy poco en ponerse bastante suave y eso hace que la tripa corta del cigarro sea más propensa a salirse y después de cada calada termino botando trocitos de tabaco y despegándomelos de la lengua, labios y dientes. Esto afecta también el calor de la fumada y el humo se siente muy caliente, lo que me lleva a dejar el cigarro un poco antes de lo que normalmente quisiera, pero en un punto que no aguantaba más este en particular.
Decir que este cigarro no me gustó porque es dulce sería como decir que no me gusta un Ferrari porque gasta mucha gasolina, o porque no tiene suficiente espacio en el maletero; simplemente no es para eso. El Factory Smokes Sweets de Drew Estate tiene muchísimo en contra a los ojos de un fumador de cigarros más premium: se trata de un cigarro de $2 con la perilla saborizada. Antes de encenderlo preferí lidiar con todos esos temas y mentalizarme que compararlo con los que normalmente fumo sería absurdo, sino que me lo tengo que fumar como lo que es, e incluso con su perilla dulce, el cigarro es agradable. Pero a partir de la mitad se sintió muchísimo menos «comprometido» en dar un sabor y una experiencia agradable, pero por su precio podría fumarse hasta la mitad y valerlo, pero ciertamente no es un cigarro que compraría y nuevamente no entiendo como alguien podría comprar una caja de ellos y no saber que son endulzados ni porqué son tan baratos.

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