En 2013 CAO lanzó un cigarro diferente, inspirado en la mecánica automotriz y en los motores gigantes americanos. Esta línea se llamaría Flathead, por el motor que Ford y Harley Davidson hicieron famoso, aunque sus cajas siempre llevaron la versión del automóvil en sus motivos. Para 2015 quisieron llevar el concepto un paso más allá, haciendo cigarros con la cabeza plana, precisamente como su nombre en inglés lo indica, y lo llamaron el Flathead Steel Horse, el cual llevaría una liga casi completamente distinta al Flathead original e imágenes más relacionadas a las motos que a los carros. Este cigarro estaría disponible en solamente dos vitolas, una llamada Bullneck con dimensiones de 6,5 x 66 y otro llamado Apehanger, que es el que probé como parte del paquete de abril de Rumbullion Club.

El cigarro se llama Flathead, que quiere decir cabeza plana, y en el V660 o el V554 esto no era tan aparente, pues tenía una ligera curvatura, pero en este es perfectamente plana, lo que le da más carácter al cigarro aunque también dificulta un poco saber a ciencia cierta cuál es la mejor manera de cortarlo. Un amigo me dijo que se le desarmó el cigarro cuando lo pico con la doble hojilla y por alguna razón me parece que con la guillotina en V voy a tener una experiencia similar. Pienso que con el punch me va a ir mejor, pero el que tenía lo perdí hace como un mes. No está perdido, sino en casa de un amigo, pero el hecho es que no lo tengo conmigo. El cigarro se siente rígido y más duro de lo que debería, pero la capa es lisa y bastante brillante, con aromas a chocolate, establo, madera y pasas. Consigo la mejor opción de corte cuando se me ocurre algo poco ortodoxo que uso en casos de emergencia: le meto un clavo y hago dos o tres orificios en la cabeza y la calada funciona a la perfección, presentando aromas de café, madera, chocolate y pasas.

El cigarro enciende bastante uniforme, aunque me toma unas cuantas pruebas frente a un espejo (estoy que no me aguanto) para encenderlo bien y una vez encendido se mantiene bastante bien. El tiro es ligeramente apretado en caliente, así que le hago un par de orificios más y me prometo conseguir un nuevo punch o recuperar el que tengo. Los sabores desde el principio son densos y ricos, incluyendo tierra mojada, madera, cuero, trigo, anís y chocolate, con un toque de vainilla y pimienta en el retrogusto, pero estos son bastante suaves. El humo es abundante, denso y casi que no se mueve, y en las primeras caladas me doy cuenta que me gusta bastante este tamaño de cigarro. Si bien un 6×60 es demasiado para mí, un 5,5×58 es el límite, aunque creo que 5×56 es lo que más me gusta para pasar un rato, no necesariamente para cata; pero esta es la vitola más pequeña en la que está disponible este cigarro, así que las opciones son pocas. Hacia el final del primer tercio se siente bastante cremoso y la intensidad se siente media, pero en ascenso.

En el segundo tercio hay un cambio repentino en forma de complejidad, en el hecho que esta desaparece y el cigarro se siente un poco más lineal, pero no por ello la intensidad se reduce; es como si uno sustituye al otro. Es como si los sabores se amalgaman en este segmento y son más difíciles de diferenciar, al tiempo que aparecen notas herbáceas en el retrogusto y el cigarro se siente más dulce y menos picante. En términos técnicos el Flathead Apehanger se comporta de maravilla, con una ceniza sólida y blanca que se rehúsa a desprenderse, pero que eventualmente cae al suelo (y lejos de mí). Más o menos a la mitad del cigarro los sabores despegan nuevamente y la complejidad se vuelve como la del primer tercio, aunque la fortaleza sigue el mismo camino que lleva y la experiencia se vuelve bastante intensa.

En el último tercio (aunque la imagen corresponde más a la mitad del cigarro, pero no quería dejar de destacar la anilla y la quemada) el Flathead Apehanger comienza a quemar un poco disparejo, aunque esto se corrige rápidamente con unos retoques en lugares específicos y no parece afectar el sabor, mientras que los sabores se sienten más cremosos, de madera y chocolate, con notas más suaves de tierra seca, cuero, nueces y paja. En el retrogusto siguen presentes las notas de pimienta y vainilla, pero considerablemente más fuertes que antes. La intensidad se coloca en media alta y el cigarro termina durando una hora y 50 minutos, que es un poco más de lo que esperaba, aunque esto puede haber sido gracias a ese corte que le di.
El cigarro es parte del paquete mensual de Rumbullion Club para abril de 2021, una pequeña página de venta de cigarros a la que tengo la suerte de asesorar y son los primeros que ofrecen esta posibilidad de paquete mensual. Por otro lado, pensando un poco sobre el cigarro, esta no es la primera vez que me encuentro con una cabeza plana, pues el RomaCraft Neanderthal también la tiene, aunque no lo menciona en su nombre. Precisamente en cuanto a su nombre, todo tiene que ver con motos: Steel Horse (caballo de acero) es un término de jerga para motos, mientras que Apehanger son los manubrios esos que tienen las motos americanas en donde las personas van casi colgadas de ellos. Aunque tiene varios sabores y una complejidad aparente, el Flathead Apehanger no es un cigarro que caracterizaría como complejo, sino más bien interesante y más divertido que otra cosa, pero esa es la manera que he definido la mayoría de los CAO que he fumado, y aunque es una marca que nunca me ha dejado mal, sí hay algunos cigarros de ellos que no me han gustado tanto. Pero este Flathead Apehanger para mí es uno de esos que seguiré comprando, pues al igual que el Flathead original, se trata de una fumada larga, sabrosa y a un excelente costo. Cabe destacar que gracias a lo que me ha gustado el Flathead tradicional, con este me compré un 5-pack sin haberlo probado, pero después de hacerlo creo que voy a comprar otro.
