Stallone – Clydesdale

Entre los varios beneficios que puedo contar al ser fumador habitual y aficionado de tabacos, es tener entre mis amigos a gente como Tony Barrios. Desde que creó su marca Stallone pude estar entre los que probamos las ligas de ensayo (y error) y he podido ser testigo de algunos de los giros que ha dado en su carrera. Con la línea Cowboy Series apuntó a hacer un símil entre los colores del pelaje de los caballos (una de sus pasiones) con el color de la hoja de la capa de sus cigarros, y aunque creo que muchos no lo entendieron, sobre todo quienes no saben de caballos, creo que con este Clydesdale es más que obvio. El Clydesdale es un caballo gigantesco e imponente, que tiene la particularidad de tener las patas peludas, y por ello el cigarro que lleva el nombre del caballo es gigantesco, con medidas de 6,5 x 60 y lo que se conoce como shaggy foot, o el hecho que la capa no llega hasta el pie del cigarro y lo que vemos es capote y tripa, por ello su apariencia «peluda». Pero este Clydesdale no se trata solo de un parecido visual. El cigarro tiene una de las primeras muestras comerciales de la capa Broadleaf cultivada en Nicaragua, que es añejada 5 años antes de ser torcida sobre el cigarro y cuenta con no menos de siete hojas de ligero en su tripa. El cigarro se deja reposar un año en la fábrica luego de ser torcido.

Confieso que cuando Tony me ofreció este cigarro para probarlo le puse mala cara. Simplemente no es la vitola que me gusta, primero porque me parece infinita y segundo porque tiende a diluir los sabores. Pero lo primero que me indicó Tony es que con esa tripa no hay nada diluido. Luego me pidió que hiciera el tiempo para fumarlo. Adicionalmente el Clydesdale se vende como una edición limitada, así que tampoco me iba a poner a dudarlo. Lo primero que me llama la atención de este cigarro son sus dimensiones, realmente exageradas para lo que estoy acostumbrado, pero también porque se siente muy bien fabricado, sólido pero con una cierta suavidad, aromas a pasas, a notas fermentadas, chocolate y café ácido en la capa. La tripa permite ser perfectamente apreciada gracias a ese pie descubierto, con aromas fuertes a pimienta, almendras, pasas y cuero. Lo pico y la calada en frío se siente muy bien, dejando pasar bastante aire, pero no al punto que me haga pensar mal, dándome aromas dulces a cuero, pimienta y chocolate.

Así serán las dimensiones de este cigarro, que la cámara no enfocó todo y en la parte superior sale borrosa. Pero lo primero que me sorprende del Clydesdale es que no me recibe el bombazo de pimienta que esperaba en la primera calada, sino una sensación intensa de sabores que apenas si incluye una nota suave de pimienta. Los sabores son complejos desde el primer momento, con notas de café tostado y chocolate blanco y es cuando la quemada comienza a acercarse a la capa que aparece ese bombazo de pimienta. Afortunadamente no abruma ni es algo que me haga llorar los ojos, pero sí que se coloca entre los primeros sabores sin mucho merodeo. La intensidad de los sabores es alta, como prometía Tony, pero la fortaleza del cigarro, al menos por los momentos, no lo es tanto. Hacia el final del primer tercio, el cual me toma casi 45 minutos, los sabores son de café tostado, chocolate blanco, almendras, maple y establo, con un retrogusto de chocolate negro, leña, pimienta y paja.

La ceniza es prácticamente un bloque y en el primer tercio la dejé caer cuando ya me preocupaba, pero me costó un poco que se soltara. En el segundo tercio denota una excelente construcción también, pues nunca se cae como tal, sino que la dejo caer con un cierto esfuerzo. En este tercio el sabor de chocolate desaparece casi por completo, pero es sustituido por un toque dulce como ese que lleva la salsa barbecue, mientras que el café toma la delantera de los sabores y entre los sabores secundarios hay notas de canela, almendras y tierra mojada. El cigarro es sorprendentemente complejo y sin lugar a dudas que es una fumada de intensidad alta y fortaleza media-alta, muy alejado de ese estilo diluido que esperaría de estas dimensiones.

Conversando con Tony sobre estos sabores dulces del cigarro, me comenta que la capa Broadleaf nicaragüense en considerablemente más dulce que la americana, siendo esa una de las principales diferencias y realmente el cigarro tiene notas dulces muy notables que agradezco, pues acompaña muy bien al resto de los matices que tiene. En el último tercio el sabor de café sigue siendo el dominante, pero los sabores secundarios son casi tan intensos como los del café, permitiéndome apreciar distintos sabores a canela y cacao en polvo, que es el matiz con el que regresa el chocolate. La pimienta sigue siendo un sabor casi secundario en este tercio, mientras que en el retrogusto es uno de los principales, junto con notas de chocolate. En construcción aparece un detalle hacia el final, y es esa otra diferencia que tiene esta capa Broadleaf nicaragüense y es que es más delgada que la americana, por lo que es más frágil y una pequeña rotura en ella dificultó el resto de la fumada, pero ya marcaba 2 horas y 45 minutos, por lo que con gusto y satisfacción dejé el cigarro apagarse solo cuando le quedaban menos de 10 minutos de fumada.

Es difícil apartar dos horas para fumar, y tres horas mucho más. Comencé a fumar el Clydesdale cuando era un poco más de las 9 de la noche, ya sabiendo que me iba a desvelar, pero realmente los aromas en frío me invitaron a probar el cigarro. Lo que más podía destacar del Clydesdale antes de fumarlo es que tiene muchas cosas que no me gustan de un cigarro: mide más de 6 pulgadas, tiene un cepo de 60 y va a ser una fumada larguísima. Pero luego de fumarlo pienso que tiene el largo y el cepo perfecto para lo que es. Que 3 horas es el tiempo perfecto para fumarlo, y que quiero volver a hacerlo pronto. Para todos mis peros con este cigarro, una vez encendido es sumamente complejo, sabroso y tiene todo lo que me gusta en un cigarro en cuanto a sabores. Si para llegar a ellos hay que invertir todo esto. Sí que lo vale.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

4 comentarios sobre “Stallone – Clydesdale

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