En febrero de 2018 decidí darle la oportunidad a un cigarro de capa Connecticut al que le tenía poca fe. Primero por su capa, pues en ese momento no era un gran fan de los Connecticut ni era algo que compraría por cuenta propia. Segundo porque la anilla era rosada, así que menos todavía. Siempre había pensado que el tabaco era algo muy masculino o al menos que el color rosado no tenía cabida en su cultura. La experiencia fue impresionante; me atrevería a decir que fue el Rose of Sharon el que me hizo cambiar de opinión frente a los Connecticut. Desde entonces he estado abierto a fumar los que he encontrado y, aunque me ha encontrado algunos que nada que ver, hoy en día los cigarros de esta capa se encuentran en mi Top 10 anual de manera muy regular. Fue por eso que cuando vi una oferta por el Rose of Sharon en lancero, me di cuenta que no podía titubear. Aproveché de inmediato.

Una de las cosas que me llama la atención, entre tantas otras, de este Rose of Sharon, es que la capa tiene pocos aromas o al menos no son los típicos de esta capa. Se sienten más herbáceos o de grama y curado al fuego. En el pie se aprecian notas de pera y más de los otros de la capa, lo cual tiene sentido porque el pie es cubierto. Finalmente lo pico y la calada en frío presenta nueces, aserrín y tierra seca. El hecho que es un box pressed me llama bastante la atención, principalmente porque son pocos los lanceros que tienen ese prensado, pero es una manera de ahorrar tabaco o al menos no llevan tanto como los cilíndricos… quizá es solo porque se fuman mejor pero sí debo decir que la calada en frío muestra un tiro bastante más suelto de lo que esperaría de un cigarro con el pie cubierto.

El Rose of Sharon comienza tan delicioso y cremoso como lo recuerdo, con notas precisamente de crema, pero también madera y tierra, notas dulces y hasta cierto punto aburridas dentro del habitual de los Connecticut. Sí tiene algunos toques interesantes, sobre todo en el retrogusto, de pimenta y es en esta parte donde hay mayores oportunidades de encontrar sabores durante este primer segmento, destacando pan tostado y más sensación de crema pastelera. El tiro es ligeramente más suelto de lo que me gusta, pero si me controlo puedo hacer que dure bien el cigarro. La ceniza se sostiene sorprendentemente bien para ser un lancero y su construcción se muestra perfecta.

Los sabores en boca se sienten mucho más terrosos en el segundo tercio y menos pimentosos. Pero también aparecen nuevos sabores muy agradables y diferentes, como manzana roja, durazno y más pan tostado, tanto en el retrogusto como en el paladar. El retrogusto en particular ofrece notas cítricas y una gran abundancia de ese sabor de pan tostado. Lo que me gusta es que la intensidad de los sabores es alta y la fortaleza es media-baja, como espero que sea un buen Connecticut.

El tiro continúa su apertura mayor a la deseada, pero esto no parece ser mayor problema pues con un pequeño control de las caladas puedo lograr que el cigarro dure lo que debe. Los sabores siguen siendo mayormente frutales y agradables, destacando además de la manzana roja y durazno, sabores a carato de piña, pistacho y tierra. Pero lo que más destaca es la ausencia de pimienta; las últimas caladas son muy cremosas y frutales, pero esa falta de pimienta se nota y hace que los últimos momentos del cigarro sean muy bienvenidos. Incluso si me tomó casi dos horas llegar hasta aquí.
La primera vez que probé el Rose of Sharon me pareció un cigarro majestuoso. Dado que siempre he sido fanático de los lanceros, para mí fue una combinación ideal cuando los vi en internet y el hecho que estaban en oferta, mucho mejor. Incluso, compré unos Desert Rose también en Lonsdale. Este es el tercero que me fumo y me parece que es un cigarro que se va poniendo mejor cada vez, incluso con un poco de guarda. No es perfecto, tiene sus problemas de un tiro muy abierto y todos los que me he fumado han sido así. Igualmente la ausencia de notas de pimienta en el último tercio hacen que se sienta demasiado suave para mi gusto, sobre todo si no había sido así antes, pero además de eso hay muy poco que le puedo encontrar negativo. En esta ocasión me ha costado mucho más encontrarle defectos, pues los típicos toques metálicos que se le pueden sentir a los cigarros de capa Connecticut no están presentes aquí, y menos mal porque siempre los he considerado un defecto. Dicho eso, creo que es difícil encontrarle defectos a este cigarro y es uno que siempre voy a buscar.

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