Southern Draw es una empresa pequeña que trata de alejarse lo más posible de la etiqueta de ‘boutique’ y el exclusivismo que la rodea, pero mantiene las mismas costumbres de una empresa ‘boutique’ exclusiva, limitándose a la creación de tan solo 5000 puros mensuales, mientras que muchos de sus productos se han colocado en las listas de Top desde 2017. La empresa fue fundada por Robert Holt, quien le da a su esposa Sharon gran parte del crédito de su éxito, así que este cigarro es un tributo a ella. Los Southern Draw son fabricados por AJ Fernandez, lo cual se está volviendo una tendencia y, casi sin querer, denominador común en muchos de los cigarros que he reseñado últimamente.
El Rose of Sharon llegó a mí como parte del paquete mensual de Cigar Federation correspondiente a enero, por lo que apenas cuenta con un mes de humidor, pero afortunadamente con CF los puros llegan en excelentes condiciones, por lo que el aclimatado puede reducirse bastante. El Rose of Sharon es un cigarro realmente llamativo, con una capa Connecticut oleosa, muy pocas imperfecciones, varias venas pequeñas y los tonos rosados de la anilla no se llevan nada bien con mi cámara, pero aquí nos las arreglamos. El pie del cigarro viene cerrado, pero permite apreciar muchísimos aromas, que incluyen mantequilla de maní, pimienta, notas florales (de rosas, por supuesto) y madera. Luego de picarlo, la calada en frío permite apreciar maní, crema, pimienta, chocolate, café, madera y un toque de frutas. Por cierto, es un Connecticut, pero esta cantidad de aromas no son nada normales en un cigarro con esa capa.
Luego de tostarlo un poco le doy una probada y el tiro es perfecto, se siente suave, como esperaría que fuera un Connecticut, al menos durante el primer minuto, y luego con una intensidad impresionante llega el golpe de pimienta que me hace llorar los ojos y la nariz se me limpia un poco. Un gran comienzo que coloca lo que parecía ser un cigarro suave en territorio de intensidad media y muchos más sabores de los esperados, que incluyen una dosis bastante copiosa de pimienta, crema, maní, caramelo, madera y un toque de café. Con menos de 3 centímetros quemados, el cigarro comienza su transición y los sabores se sienten más complejos, con un final más largo y una línea de quemado impecable.
El Rose of Sharon se convierte en uno de esos cigarros que te reta los paradigmas de que un Connecticut debe ser un cigarro suave y con pocos sabores. Unos 25 minutos han pasado y comienza el segundo tercio y la ceniza no se comporta como la típica de estos cigarros, siendo bastante endeble. La lista de sabores en este punto es de café con leche, maní, pimienta, chocolate, caramelo y un toque de cáscara de limón.
La mitad del puro y apenas voy rozando la hora de fumada, mientras que el cigarro se ha comportado a la altura, sin requerir retoque alguno y la línea de quemado ha sido perfecta. El final del puro perdura muchísimo en cada calada y no lo quiero soltar durante mucho tiempo, pues se va haciendo más complejo cada vez. El maridaje con agua realza los sabores en cada trago y en varias ocasiones se siente como si estuviera tomando un café con leche muy cremoso. La verdad es que los últimos cigarros que he probado me han hecho creyente de las capas Connecticut, aunque tampoco llegaría a decir que de todas. Algo que me ha gustado desde el principio es como ese sabor de pimienta se sigue transformando y variando, presentando distintas intensidades y lo que bien podría ser distintos tipos de pimienta (roja, blanca, negra), pero que no llego a determinar porque no tengo un paladar tan afinado (ni pretendo tenerlo).
Sin duda estos Cigar of the Month representan una gran oportunidad para probar productos que quizá no me llamarían la atención o que por su escasez no compraría, pero es quizá la gran ventaja de ellos, pues también estoy probando cigarros nuevos y hasta cierto punto me contengo a la hora de comprar más, lo cual siempre es un reto. Sin embargo, sí he comprado más cigarros en 5-packs y una breve revisión por las páginas que visito me demuestra que este Rose of Sharon está agotado en muchos lugares. El toque de limón toma las mismas dimensiones y matices que la pimienta, haciéndose más intenso de a momentos y dando distintos sabores con la misma base.
Inevitablemente, la nicotina aparece en el último tercio. Pero eso no me molesta… el Rose of Sharon es un excelente cigarro que me ha sorprendido, no solo por la calidad del producto, sino porque esperaba que costara lo que un ‘boutique’ exclusivo cuesta, pero su precio ronda entre $6 y $8, lo cual hace que sea más llamativo aún y algo que voy a buscar con más ganas. Me sorprendió también que ese sabor de maní, tan diferente y tan escaso en muchos puros, estuvo presente durante toda la fumada, e incluso las variaciones de pimienta, limón y el café con leche… este último sabor no me costó nada determinarlo y estuvo muy presente en la fumada. Quemada perfecta, tiro impecable y sabores excelentes… ¡y es un Connecticut!
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