Toraño es una marca que tengo mucho tiempo sin probar. Más específicamente, mi última reseña de un Toraño fue en septiembre de 2016. Ahora que revisé bien, todas mis reseñas de Toraño fueron en 2016. Tiene sentido pues cuando comencé a fumar, probabab distintos samplers de marcas y fue así como logré llegar a varios productos y Toraño fue una de esas marcas de las que probé varios productos y pocos me gustaron al punto de querer comprar más y con los cambios de dueños que ha tenido, los precios han variado al igual que la disponibilidad y eso me ha llevado a buscar otras opciones. Sin duda el que más me gustó fue el Exodus 1959 50 Years, pero como suele suceder con tantos cambios en las marcas, las ligas no se mantienen y constantemente tratan de innovar, haciendo productos nuevos y a veces saliendo de productos existentes. Uno de esos cambios llevó a la marca a cambiar de nombre, de Carlos Toraño a simplemente Toraño. Pero cuál sería mi sorpresa cuando vi un sampler de Toraño hace poco, que incluía el Exodus 1959 50 Years, así que me hice con él. El resto de los cigarros que trae, los reseñaré.

El Dominico es un robusto de capa Connecticut ecuatoriana, bastante oscura e imperfecta, pero buenos aromas. Siguiendo esa tendencia de la marca de sacar mayor provecho a lo que hacen, quizá no sea la mejor hoja pero su construcción se ve decente. Su nombre Dominico va muy relacionado con su origen, pues si bien es hecho en la República Dominicana y eso era fácil de deducir, con excepción de la capa, todas las hojas del cigarro también son de este país. La capa tiene aromas cremosos, a vainilla, paja e incluso una nota suave de madera. En el pie se aprecia una nota fuerte a tierra seca y paja, pero cuando lo pico, la calada en frío tiene notas de tierra pero más vegetal, crema y un toque suave de pimienta.

Siguiendo con las notas en frío, una vez encendido el cigarro se siente cremoso, terroso y ligeramente picante, sin sorprender pero también sin molestar. Estas notas de tierra son quizá las más densas, pero en términos generales se siente suave el cigarro. No obstante, a lo largo del tercio las notas picantes se van fortaleciendo y hacen que el cigarro se sienta más fuerte de lo que esperaba, alcanzando una fortaleza media, mientras que los sabores llegan a medio-suaves. Otros sabores incluyen notas de nueces y distintos matices de crema, pero en términos generales el cigarro se ha comportado bien, aunque su ceniza tiende a caerse rápido.

En su segundo tercio, el Dominico tiene una nota ligeramente más dulce, pero en términos generales la fumada es exactamente igual que en el tercio anterior. Hay una que otra sensación picante, sobre todo en los labios, pero nada que afecte mucho los sabores. El retrogusto tiene notas suaves de nueces que lo hacen un poco más interesante, pero no hay mucho que pedir del cigarro así que no está dando mucho tampoco. El anillo de combustión es quizá lo más preocupante pero es una consecuencia directa de la ceniza que se cae regularmente. Cuando supero la mitad del cigarro, la intensidad se coloca en media, equiparada con la fortaleza, pero la permanencia de sus sabores no es muy larga. No sé cómo se evalúa eso, pero en destilados es importante.

En su fase final, el Dominico concluye sin mucha pena ni gloria, manteniendo los sabores que ha tenido desde el inicio e incluye, en orden de intensidad, tierra, madera, pimienta y nueces, siendo estos dos últimos los que se sienten más en el retrogusto. El anillo de combustión mejoró, pero a fuerza de la consistencia del cigarro y, en consecuencia, esta se hizo un poco más esponjosa y le costaba más mantenerse encendido. No obstante, esto llevó a que cuando finalmente se apagó solo, aunque en teoría le quedaba un poco de fumada si lo reencendía, no me molesté en hacerlo.
El Dominico promete poco y entrega poco. Sería tonto esperar más de él, pero si no esperas nada, no te defraudará. Cuando comencé esta reseña mencioné que de todos los Toraño que he probado, solo uno me ha parecido bueno. Es quizá algo radical, pero la verdad es que los demás no han sido trascendentales. Desde 2016 no probaba un Toraño que no fuese el 1959 Exodus 50 Years, y probar este Dominico me demostró que no me he perdido de nada. Es una buena opción para echar humo y tener algunos sabores agradables, por lo que recomiendo comprarlo en robusto si de verdad te causa curiosidad. En esta época, es muy común comprar cigarros de corta duración en los países donde el invierno hace de las suyas, y el Dominico creo que sería buena opción para quienes no tienen mucho tiempo para disfrutar de un cigarro pero aún pueden dedicarle alrededor de una hora. Buen tiro, pocas transiciones y no mucho que extrañar de él si tienes que apagarlo rápido. Pero al mismo tiempo, ¿qué puedes esperar por este precio?
