Carlos Toraño – Exodus 1959 (50 years)

Habiendo visto los precios promedio de este tabaco, ya sé que pagué demasiado por él. Compré una caja de 5 Toraños variados, en donde este es el más premium de todos (o al menos el que mayor puntaje ha recibido) en $45. Los más perspicaces notarán que sale en $9 cada uno, y el promedio en realidad es de $6. Bueno, no importa. Es un tabaco que me gustó mucho, así que valió la pena.

Comencé fumando el tabaco al final del día, por lo que las fotos van de mejor a peor, pues en la noche ya es con flash y no salen del todo bien. Pero basta de excusas. Este tabaco se las trae. La capa muy oscura y delgada tiene algunas venas pequeñas con una que otra irregularidad, pero eso solo colabora para darle un toque más artesanal a esta belleza. El toque achocolatado del olor en frío es increíble, y al encenderlo casi me ahogo y tosí un poco porque quería fumarlo y al mismo tiempo gritar WOW. Es un poco apretado, pero el humo es denso y abundante desde el principio, con sabores medios, cremosos y un toque dulce y pimentoso.

La ceniza es compacta, clara y muy propensa a quedarse pegada al tabaco, gracias al torcido apretado pero que permite las caladas continuas, mientras que la quemada es recta y sin problemas. El sabor ya se siente como la leche achocolatada que tomaba de niño, mientras que el humo denso me cae en los ojos y siento la pimienta hacerlos lagrimear. Pocas veces he logrado este tipo de interacción y recuerdos en base al humo de un tabaco.

Ya hacia la mitad del tabaco el chocolate se siente más amargo, manteniendo su toque de pimienta, su cremosidad y su dulzura. Ya a partir de la 2da mitad el sabor perdura mucho más luego de botar el humo de la calada. El sabor me recuerda mucho a una versión mejorada de las cerezas cubiertas de chocolate que comía cuando eran niño y que no me gustaban.

El aceite que cubre la capa hace que el tabaco ya brille, incluso cuando le quité la anilla. El sabor pasó de un tono medio a uno bastante fuerte, pero muy aguantable y del tipo que se queda con uno, casi que no quiero que se acabe, no importa que ya sea de noche. No importa cuando se acabe, querré más.

No hay sabores nuevos hacia el final, solo los mismos sabores de antes, más intensos. Es un gran tabaco y sin duda uno de los mejores que me he fumado este año. Es del tipo que quiero comprar más, pero desde aquí no he conseguido alguien que venda menos de una caja; y lamentablemente entre los árboles que están en mi jardín no hay uno de dinero, así que tendrá que esperar.