Francisco de Miranda – Línea Azul

Soy fiel creyente en la retribución. Hay quienes pueden llamarlo karma, pero creo que es un concepto muy esotérico para lo que estoy buscando. El hecho es que hace unos meses le regalé un buen cigarro a un conocido que glorifica a los habanos por sobre todas las cosas y para quien cualquier cigarro que no sea un habano ni siquiera vale la pena mencionar. Este conocido mencionó que si alguien sabe de un cigarro que pueda superar un habano, que se lo dé a probar. En un momento dado, decidí regalarle un cigarro, porque es una persona divertida y me cae bien. Le regalé un segundo de la Serie V de Oliva, que es un buen cigarro y para alguien que no esté del todo claro de lo bueno que pueden ser estos cigarros, es un buen inicio. A cambio, me regaló este representante de la Línea Azul de Francisco de Miranda. Como lo lees, la persona que glorifica los habanos me regaló un cigarro dominicano, diciendo que son buenos. Porque hay que tomar las cosas de quien vienen, guardé el cigarro en mi humidor y ansiosamente esperé el momento para fumarlo.

Dado que la gente de la marca es bastante activa en redes sociales, unos días antes de encenderlo, les escribí un mensaje directo a su Instagram, preguntando sobre la liga del cigarro para poder detallarlo bien en la ficha técnica. Una semana después me respondieron con un número de WhatsApp al que podía escribirles, pero en verdad fueron muy abiertos desde el primer momento de qué se trataba el cigarro. Es un producto de $2 exclusivo para el mercado argentino y dado que el tabaco paga unos impuestos muy altos en Argentina (alrededor del 150%, según me dice), pues un cigarro que se venda en $2 debe costar mucho menos hacerse. Me recomendaron que mejor pruebe la línea de mayor categoría para hacerme una idea de la calidad de la marca, pero dado que ni estoy en Argentina, ni tengo acceso a sus productos, es este Línea Azul el que probé. No dice mucho su página web, salvo que el tabaco es añejado por dos años. Asumo que la capa es Connecticut por el color, pero más nada indica que lo sea. Los aromas parecieran confirmarlo, pues incluyen almendras verdes, cítricos, madera y una nota ligeramente perfumada. En la tripa se aprecian aromas similares, aunque solo incluyen cítrico y almendras. Finalmente lo pico y la calada en frío presenta solamente un aroma muy suave a madera.

El Línea Azul comienza con notas suaves, muy suaves, a cítrico y vainilla, con cero pimienta y un retrogusto eventual de crema sutil. Todo el tercio tiene notas extremadamente suaves, confirmando mi teoría de capa Connecticut pero escaso de sabores también, presentando a mediados del segmento una nota que me recuerda a hojas secas quemadas y muy poco más. Por lo mismo, la intensidad es muy baja y la fortaleza es baja, con un anillo de combustión decente y una ceniza bien formada y humo abundante en cada calada.

Decir que me ha sorprendido sería mentira, aunque sí hay sabores nuevos en el segundo tercio y es una sensación afrutada que identifico como parchita (maracuyá en el resto del mundo), pero es más como la identificación de ese sabor cítrico que sentía desde el inicio y no es para que te imagines a una fruta dentro del cigarro. También tiene notas dulces y algunas amargas y un retrogusto que permite identificar más de lo que dejaba en el tercio anterior y que incluye paja, pero tanto en fortaleza como en intensidad seguimos iguales. Quema bien y la ceniza se mantiene durante un rato, pero no mucho.

¿Qué más? Más nada. El último tercio es básicamente una continuación del segundo, perdiendo sabores y ganando en amargura, hasta que finalmente, luego de una hora y 15 minutos, el Línea Azul de Francisco de Miranda llega a su fin. Sigue quemando bien y según muchos eso ya lo califica de un buen cigarro, pues los sabores son casi siempre subjetivos y podría estar de acuerdo pero no es el primer cigarro de $2 que fumo y hay otros con los que me ha ido mejor.

Pero debo ser bien sincero. Antes de oír de la marca y del costo del cigarro, estaba listo para destruir esta marca y este cigarro, principalmente porque dada la calidad del cigarro que le di al amigo, esperaba algo de similar calidad como respuesta y con base en ello fue que fumé este cigarro, esperando algo de buena calidad y con un costo considerable. Pero cuando la marca me escribió contando de los impuestos que tienen que pagar para que el producto entre a Argentina y del precio final de $2 por unidad, entendí que el Línea Azul simplemente tiene mucho en contra para ser un cigarro bueno. En lo personal, nunca lo compraría, principalmente porque los cigarros de $2 no son un producto que busque y por ese precio he conseguido cosas mejores, que no son muchas ni tampoco son mucho mejores. Pero ya cuando pagas ese precio por un cigarro es una lotería lo que te vas a fumar. Este fuma bien, tiene buena quemada y un tiro decente y por $2 no es mucho más lo que puedes esperar.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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