Normalmente cuando compras un Segundo en tabacos, estás adquiriendo un cigarro que fue originalmente hecho para otra línea, pero que por alguna razón no pasó el control de calidad. Esto se debe, en la mayoría de los casos, a un tema de color o imperfecciones visuales en la capa. Pero a fin de la mayoría de las percepciones a la hora de fumarlo, tiene poco significado. No obstante, estás comprando algo «sin garantía»… estamos claros que los cigarros rara vez tienen garantía, pero si te fumas un cigarro equis y este te sale tapado, quema mal o se apaga constantemente, es normal que lo pienses dos veces antes de comprarlo de nuevo. Con los Segundos no hay garantías pero tampoco pueden haber quejas, pues lo estás comprando como un Segundo. Dicho eso, muchas marcas que venden Segundos suelen decir de qué se tratan o te dan algún indicio por medio de un código del cigarro que iba a ser. Oliva lo hace poniendo códigos tipo Lot NH, Lot CD o Lot SV y ahí uno tiene que conocer un poco y descubres que NH es Nub Habano, CD es Cain Daytona y SV es Serie V. Pero E.P. Carrillo no solo no le pone código, sino que los vende como otra marca.

Al venderlo como otra marca es imposible determinar qué iba a ser originalmente, a menos que tengas un paladar perfectamente afinado para los productos de E.P. Carrillo. Yo estoy claro que no lo tengo, pero el Maduro se me pareció algo al Pledge, pero bien puede no haber sido. Este Habano tengo menos idea porque no es una capa habitual en la marca y además son muchísimas las opciones de sabores que hay con ella en distintas marcas. Por lo pronto, en la capa tiene aromas que no son típicos de una capa Habano, y en este caso son pasas y ciruelas, con un toque perfumado dulce. En la tripa siento aromas más relacionados a los de un cigarro con esta capa, como madera y canela. Lo pico con la doble hojilla y la calada en frío me da aromas a ciruelas, bosta, canela y un toque suave de madera.

El Habano de La Alianza enciende muy bien, incluso sin tener un tiro ideal. Destacan desde la primera calada sabores a nueces como los principales, pero también hay dátiles y ciruelas, que van más acorde con los que aprecié en frío. Hay notas a madera que aparecen a mediados del primer tercio también y una sensación extraña en la nota picante, porque aunque es suave, también es muy invasiva. Es como si comienza sutil y va creciendo su dominación de los sabores. El retrogusto es de madera quemada, incluso con esa nota sutil y misteriosa de caramelo que puede tener una madera ligeramente quemada, mientras que la fortaleza es media con una intensidad media-baja. Quema muy bien y el tiro parece mejorar a medida que lo voy fumando.

Aunque el tiro sigue bien, el anillo de combustión no mantiene esa preferencia a ser recto, aunque tampoco ha requerido toques técnicos. La ceniza sí se nota un toque más oscura, sobre todo cuando paso la mitad del cigarro y aunque una ceniza blanca no es necesariamente indicativo de la calidad del cigarro, una ceniza negra o gris oscuro normalmente sí demuestra temas del tabaco. Pero es el único lugar donde se demuestra algún problema, pues los sabores siguen siendo dominados por las nueces y en esta segunda sección la madera toma más intensidad y se coloca casi a la par. Esta intensidad en la madera ha desplazado los sabores de ciruelas y dátiles, por lo que el cigarro se siente menos frutal y menos dulce, pero más cremoso. El retrogusto sigue siendo de madera, pero más neutro, mientras que la intensidad asciende a media, al mismo nivel que la fortaleza.

Como si el punto más intenso de sabores del La Alianza Habano hubiese sido el segundo tercio, en el último la madera tiene una intensidad mucho menor pero también el sabor de nueces parece desplazarse al retrogusto, que es en donde se siente más. Pero en el paladar siguen habiendo sabores de frutos secos, pero esta vez son como una descripción genérica de «frutos secos» sin definirse por ninguno. Las sensaciones de pimienta en el segundo tercio fueron también algo más fuertes que en este tercio, pero en líneas generales nunca fueron muy intensas. Fortaleza e intensidad se mantienen en media y al cabo de una hora y 15 minutos, termino con el cigarro, demostrando una construcción más que aceptable.
Dado que estos Segundos no los puedes comprar unitarios, adquirí en realidad un 5-pack de cada capa (Habano, Connecticut y Maduro), y este no es el primer Habano que fumo. Pero sí me ha parecido que han sido distintas experiencias, no porque hayan sido fabricados originalmente como cigarros distintos, porque todos han tenido los mismos sabores, pero hay algunos que han sido considerablemente más picantes, incluso desde el inicio de la fumada. Pero por lo general todos se han portado bien y aunque ninguno ha sido una experiencia increíble, al punto de hacerme creer que me estaba fumando un cigarro Top, ninguna fumada me ha dejado pensando que perdí mi dinero. En efecto, si los vuelvo a ver, creo que me compraría otros cinco.
