Tengo un buen tiempo con muchas ganas de fumar este puro, y después de 9 meses de guarda, decidí que era hora. Una adición más en la larga lista de los cigarros de Drew Estate, este comienza con Willy Herrera, quien fuera responsable de algunos de los cigarros más buscados, y finalmente contratado por Drew Estate en 2014, donde ha estado creando un éxito tras otro. Es un puro que sabe lo más parecido a un habano (según los expertos), con una combinación de hojas que hacen al tabaco uno de los más cremosos en el mercado, donde los sabores se presentan tan aterciopelados que en realidad rivaliza con los habanos tradicionales. El Herrera Estelí se colocó en el peldaño No. 8 del Top 25 de Cigar Aficionado en 2014, habiendo recibido 94 puntos.
Es un cigarro que de tan solo verlo uno sabe que se trata de un cigarro bueno, tanto por su calidad y torcido como por sus aromas. Tiene múltiples venas, pero son todas bastante pequeñas, y su anilla tan sencilla funciona como un tributo a las épocas de antaño, cuando las anillas apenas tenían uno que otro diseño, sin demasiados adornos; en esa época eran las cajas las que tenían los adornos, no las anillas. En frío el puro tiene unos aromas interesantes de pimienta, jengibre, madera y menta. Ya es hora de darle fuego.
Desde el principio se comporta como un típico tabaco nicaragüense, con un golpe sobresaliente de pimienta, pero acompañado de un sabor dulce y de nueces, con matices pequeños de madera. El tiro es espectacular y por un momento hasta me deja ciego en medio de la humareda. La pimienta es sin duda lo más fuerte, al punto que los ojos me lloran un poco y todo.
Finalmente, el elemento de crema se hace presente, ese que todas las reseñas destacaban y que tanto me llamaba la atención probar. Pues sí, ahí está, y es majestuoso. Le siguen la pimienta, el dulce, maní, caramelo y melaza. Hacia el final de este primer tercio se siente un sabor salado, como si se tratara de un pretzel, o al menos esos mini-pretzels que sirven en las fiestas y cuyo único propósito es darte mucha sed.
Comenzamos el segundo tercio y el caramelo comienza a destacarse en el orden de los sabores, colocándose de segundo, detrás de la crema, al mismo tiempo que la pimienta comienza a ceder un poco. Me impresiona lo cremoso que es el cigarro, en este momento coloca a la pimienta entre los últimos lugares de sabor y acentúa el caramelo, el dulce, el maní, la madera y la melaza. Quizá mi único punto negativo del puro en este momento es su precio, pues aunque no es de los baratos, bien vale su precio. La línea de quemado está casi perfecta, mientras que la ceniza florece de vez en cuando. Si fuera más valiente probaría ver hasta cuánto puedo mantener la ceniza, pero también detesto que me caiga encima, por lo que la voy soltando regularmente.
Ya supero la mitad del puro y la complejidad se hace completamente presente con un final extremadamente largo, al tiempo que el puro se hace un poco más fuerte también. Ya en este punto se me hace un poco difícil determinar y añadirle más sabores al cigarro, pero su fusión con mi paladar es prácticamente perfecta, pues tiene muchos sabores que me encantan, aunque en este momento quisiera que la pimienta no solo haya estado en el principio del puro. Por lo pronto, el sabor salado regresa, lo que me lleva a tomar sorbos de agua con gas, para sentir como esos sabores se deslizan por la boca.
Finalmente llego al último tercio y aparece un sabor completamente diferente a todos los que he sentido hasta ahora, y apenas aparece, se presenta otro más. Se trata de un sabor como de mocacchino, seguido de un elemento cítrico, como de cáscara de limón amarillo, que hace que sea mucho más interesante y variado el toque dulce que no ha desaparecido.
Al final, el cigarro se vuelve muchísimo más fuerte, pero no me atrevo a decir que se debe a la nicotina, aunque presento todos los síntomas de ella. El sabor se hace más fuerte también, pero ninguno de los sabores se destaca o sabe más, sino que se siente como que el final es infinito y luego de cada calada quedo probando y probando el puro, hasta el punto que casi que se me apaga. No es un cigarro barato, pero para nada es caro: $8,50, colocándolo quizá en el rango de un buen cigarro que debemos aprovechar todos.
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