Pues viendo por la fecha de la reseña previa, cuando compré ese puro tuve la suerte de equivocarme y comprar dos. La fecha debe haber sido en enero de 2016, por lo que el segundo tendría unos 18 meses de guarda cuando lo fumé el pasado viernes. Este puro inmediatamente se colocó en mi top ten, pues me pareció uno de esos puros que va acrecentando su sabor y mejorando desde la primera calada, pero en esa primera calada ya es increíble, así que las cosas no hacen sino mejorar con él. Habiendo dicho esto, entre distintas compras que he hecho, el Syncro Nicaragua fue quedándose en el fondo del humidor y cada vez que me podía llamar la atención fumarlo, habían otros que me llamaban más la atención. En la última compra que hice adquirí el Syncro Nicaragua Fogata, así que decidí que ya iba siendo buen momento para fumar este de nuevo y comprobar si mejora con el tiempo o, si es como tantos puros actuales, que está perfecto durante los primeros 6 meses y luego se suaviza. El Syncro es un puro que, visualmente, llama bastante la atención. En lo particular me encanta su logo, pues se alejaron de la recreación de los típicos cuadros y pinturas victorianas, inclinándose más por un diseño moderno y diferente.
Las formas rectas del logo continúan en el box-press del cigarro listo, en donde las venas y las imperfecciones no son necesariamente sobresalientes, con excepción de la ligera rotura que tiene este en particular, pero que no afectó en lo más mínimo su sabor. Es un cigarro «seco», pues no se le nota oleosidad y su textura es rugosa y ligeramente esponjosa. Los aromas del cigarro apagado también son distintos, siendo una combinación de chocolate, nuez moscada y menta que me hacen disfrutar del puro incluso sin haberlo encendido. Lo pico y las caladas en frío tienen aromas de madera, pasas, tierra mojada y un toque de pimienta. Últimamente ya no soy tan fanático de los puros de ancho rin, pero en este caso en particular puedo hacer una excepción.
Dado que no es la primera reseña, lo dejé encender bien y no me preocupé por sacar esas primeras imágenes. Sin embargo, el cigarro encendió rápidamente y comienza a desarrollar sabores de manera inmediata, incluyendo madera, cuero, café y trigo. El aroma de pasas en este punto se convierte en un sabor dulce con esa característica, combinado con matices de pimienta. El humo es abundante por ambos extremos y el tiro es excelente. La línea de quemado es un poco variable, pero no parece que pueda ser un problema. Mi única queja en este momento es que el puro es bastante suave.
Hacia el segundo tercio esa dulzura de pasas aumenta considerablemente, tanto en nariz como en boca, aunque el sabor dominante es el de madera, que hace que se sienta cremosa, seguidos ambos de sabores menos fuertes, como son el café, la tierra, el cuero, la grama (césped) y el chocolate. Como mencioné antes, esa rotura en la capa no constituye un problema, es simplemente el resultado de la maduración en el humidor de una persona poco cuidadosa, sin duda. El Syncro Nicaragua sigue impresionando, incluso después de un año en el humidor, con una abundancia de humo hasta exagerada y una intensidad que ha aumentado también hacia el segundo tercio.
Un tema interesante con este puro es que la primera vez que lo fumé me llamó la atención como sus de sabores se sentían tan diferenciados unos de otros, mientras que al cabo de un año de guarda, ese sabor particular de madera se siente cremoso, como si ambos se hubieran fusionado. A partir de la mitad del puro se le sienten otros sabores, incluyendo almendras y pan tostado. Su intensidad se mantiene en media, y no pareciera tener la más mínima intención de aumentar. La línea de quemado y el tiro continúan bien aunque sigue pareciendo que cada uno va a su cuenta. Al final del humo se le siente un toque de perfume, como lo que se llamaría una nota floral, pero mis habilidades no llegan a distinguir de qué variedad se trata…
El AVO Syncro Nicaragua estuvo incluido en el Top 25 de CA en 2015, e inmediatamente logró colarse en mi propio top ten, quizá porque cuando lo fumé no tenía la experiencia que tengo hoy y en ese momento cualquier puro con una cantidad decente de sabores y equilibrio me llamaría la atención. Pero habiéndolo fumado un año después, con la experiencia y los conocimientos que he podido adquirir, me ha sorprendido gratamente y me hace confiar más en mis apreciaciones del principio. Es un cigarro que tranquilamente compraré cuando lo vea de nuevo, siempre que su precio lo permita, y me hace esperar con más ansias el momento de fumar el Syncro Nicaragua Fogata.
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