Curivari – Gloria de Leon

Hace como una semana estaba hablando con mi esposa sobre las próximas fechas navideñas y nos estábamos diciendo qué queríamos. Yo mencioné que quería una máquina de café, tipo Nespresso, Dolce Gusto o algo así, a lo que ella me respondió que ya tenemos una máquina de café, de esas tipo espresso, que hacen el café fuerte y rico como me gusta. Claro, la máquina estaba escondida en un gabinete, pero la sacamos, desempolvamos y desde entonces me estoy tomando como 4 cafés al día. Por supuesto, al tomar café me dan ganas de fumar, pero me estoy conteniendo eso al menos dentro del número establecido de fumadas diarias, pues tampoco hay que abusar. Pero no podía desaprovechar la oportunidad de combinar un buen café venezolano con un gran puro nicaragüense, y así di con el Gloria de Leon.

Curivari es uno de mis descubrimientos de 2017. Probé la marca por pura curiosidad, siendo una de las preferidas de un bloguero a quien sigo y compré tres productos distintos: el Selección Privada, el Reserva Limitada Café y este Gloria de Leon, y con los otros dos me he llevado sorpresas muy agradables, así que no esperaba que este fuese diferente. De entrada es muy obvio que Curivari no es una marca que haga gran alarde de sus anillas; de hecho no hacen alarde de casi nada, pues su participación en redes sociales es casi nula y es parte de la razón por la que casi nadie los conoce. Esto los hace el secreto mejor guardado de Nicaragua. La textura y construcción de este puro son perfectos, muy liso con muy pocas venas y una capa colorado muy bonita. No es un cigarro con muchos aromas, pero lo mismo me ha pasado con los otros Curivari, así que no me sorprende. Los aromas en frío son de cacao, pimienta y jengibre.

Desde las primeras caladas mi boca se llena de un sabor dulce y de pimienta, pero intenso y con un tiro excepcional. Con cada Curivari que he probado, ya desde las primeras caladas compruebo que es un cigarro excelente y al cabo de los primeros centímetros (aproximadamente cuando hice la foto) aparece el sabor de cacao, como buen puro nicaragüense, junto con un toque de madera. El café también aparece y el puro se siente más dulce y cremoso. El puro tiene desde mayo en mi humidor, así que no me impresiona que tenga esta calidad y consistencia.

Aparece un sabor de cereza y ahora la crema es abundante e intensa, haciendo que el cacao y y el café se sientan mucho más… más cremosos, claro. El hecho que este cigarro esté así de bueno desde tan temprano solamente me llena de esperanzas, especialmente porque se trata de un puro que no es gigante, y es así como me gustan últimamente. El chocolate, dulce y la crema son intensos y el puro quema bastante lento. Si tan solo la ceniza pudiese mantenerse un tiempo prudencial, pero no es el caso.

El primer tercio del cigarro ha desaparecido y la intensidad se mantiene en media, mientras que este es el orden de los sabores: chocolate, crema, dulce, café, cereza, madera y tierra. Aparecen dos sabores nuevos también, pero a una intensidad que no me atrevo a clasificar como sabores per se, sino simplemente un aroma que no estoy seguro que se mantendrá: canela, nuez moscada y caramelo. Debo destacar que este es un puro de $6,30 y por ese precio no es cosa fácil encontrar puros con esta calidad.

Llego a la mitad del puro y la verdad es que no me puedo quejar. Es solo ahora que la línea de quemado comienza a variar, pero creo que está más relacionado con la falta de firmeza de la ceniza que con la calidad del puro. Sin embargo, el tiempo de fumada apenas supera los 45 minutos, para un puro de dimensiones modestas, está muy bien. Aparece un sabor de pasas y el final del cigarro se hace mucho más perdurable, complejo y casi que lo puedes masticar. Muy rico y muy balanceado.

Hacia el final la pimienta regresa extremadamente intensa, pero no es acompañada por nicotina, lo cual aprecio bastante. En cierto modo agradezco muchísimo que existan puros con esta calidad, pero al mismo tiempo hubiese querido que durara más. Aunque es lo bueno y lo malo de fumar robustos, que siempre vas a querer fumar un poco más y es lo que te mantiene la expectativa hasta el siguiente puro. Está claro que lo recomiendo bastante, sobre todo porque es una prueba de que no hay que tener una campaña publicitaria agresiva ni apoyarse en los influenciadores para que tu producto llegue y sea apreciado. Pero sí es necesario que llegue. El puro termina sin puntos amargos y sin nicotina, afortunadamente, con un tiempo total de fumada de apenas 80 minutos. En Atlantic Cigar mencionan que este puro tiene el ‘sabor clásico de Cuba’, que es lo único negativo que le pondría, pues me molesta un poco cuando los puros tratan de venderse como «como los cubanos» cuando en realidad tienen su propio carácter y muy bueno, pero eso ya es a título personal.