Finalmente pude probar este cigarro. Hace unos tres o cuatro años, cuando comenzaba a tomarme en serio el tema de la fumada, me recomendaron este cigarro por su formato casi único y diferente. Un tiempo después, a medida que conseguía algunos cigarros, otros se me olvidaban y como esa lista inicial apenas si mencionaba el nombre del cigarro, luego se me fue quedando en el fondo de los wishlists, por debajo de cigarros que eran más fáciles de conseguir y mejor descritos. Hasta que hace como un año que me lo regaló un amigo del cigar club, precisamente porque era algo «diferente» que podría apreciar.

El Ninfamaniac se trata de un «semilancero» de formato 177 mm x 33 de cepo, aunque su liga existe en no menos de 5 estilos distintos, los iniciales llamados Ninfamaniac y Ninfamaniac Dark, y la adición posterior de ligas llamadas Passport, Classic y Bull & Bear, que estarán disponibles en vitolas distintas también. Pero lo más singular del Ninfamaniac, aparte de la Ninfa que nunca he visto en otro cigarro, se trata de su formato que parece casi un lápiz, pero su capa tiene un ligero toque oleoso y algunas venas visibles. La capa tiene aromas bastantes distintos también, que incluyen vainilla y zarzaparrilla, aunque dado el pie cerrado es difícil de apreciar aromas de la tripa. En la calada en frío no hay mucho que apreciar, más que un estilo más dulce y pegajoso del mismo aroma de la capa.

El cigarro lo estoy fumando en la playa, por lo que encenderlo sin quemar el pie de más es un poco complicado, pero logro ocultarme bien del viento y no hacer un desastre con la llama. El Ninfamaniac comienza bastante dulce, junto con toques de tierra mojada, mientras que el retrogusto es un reto agradable gracias a unas notas de madera que cuesta determinar de entrada y unos toques suaves de pimienta.

Con estos formatos tampoco es fácil determinar los tercios, pues no siempre queda uno tan claramente marcado por las diferencias y transiciones, pero en durante el primer tercio también sentí algunos aromas lejanos de avellanas que me gustaron bastante, mientras que la pimienta tuvo momentos en que parecía haber desaparecido por completo y otros donde estaba más intensa. La línea de quemado y la ceniza se han portado bastante bien, y esta última incluso me ha tocado dejarla caer voluntariamente en un par de ocasiones.

En el segundo tercio la madera y la pimienta siguen siendo sabores primarios y principales, pero también se sienten notas de chocolate y, aunque el sabor de pimienta en el paladar es casi inexistente, es en el retrogusto donde más se aprecia. Hacia la mitad del cigarro se siente como algunos sabores de avellanas van formando parte de los sabores principales, al mismo tiempo que la pimienta también comienza a tomar fuerza en el paladar.

Superada la mitad del cigarro y la predominancia de los sabores son dos que prácticamente han tenido papeles muy secundarios hasta el momento, que son las avellanas y el chocolate, mientras que la madera se coloca en un segundo papel bastante sobrio y silenciado. Esta combinación de chocolate con avellanas me recuerda mucho a la Nutella y en ese momento realmente quisiera tener un café a la mano para acompañar este cigarro.

En el último sabor el Ninfamaniac se siente más apretado, pero el esfuerzo en las caladas tiene sus frutos forma de más humo y sabores más intensos, pero no se siente una gran variedad entre ellos más allá de lo que he sentido hasta ahora. El Ninfamaniac resultó ser un buen cigarro y bien valió la espera, pero creo que es la primera vez que fumo un cigarro con cepo tan pequeño, al punto que me recordó mucho cuando fumaba cigarrillos. Pero el reto de este cigarro está en conseguir el ritmo de fumarlo y no calentarlo demasiado. Dado el mínimo margen de error que tienes cuando se hacen cigarros de cepo tan pequeño, el Ninfamaniac se anota grandes puntos tan solo en construcción, al no haber presentado ningún problema. En términos de sabores son bastante balanceados, aunque no muy complejos, pero sí me pareció bueno. Sin embargo, aunque suelo ser fanático de los cigarros de cepo delgado como los lanceros, creo que el Ninfamaniac es exageradamente delgado y no al punto que disfrutaría otra vez, aunque el gimmick de fumar un cigarro tan pequeño sin duda es divertido.

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