Para los que vivimos en Latinoamérica, o incluso los hispanos en general, que algo sea BBB (por el Triple B en el cigarro) es sinónimo de que es una de las mejores opciones. Con eso en mente la gente de PDR creó este cigarro La Alternativa a lo que normalmente se vende en Europa, siendo en la Cava Magallanes de Madrid donde lo compré. Con un precio de unos $4, ciertamente parece cumplir con esa promesa. En el caso específico del cigarro, es una sociedad entre Abe Flores de PDR con Jaime de Juana quien es representante del mercado español para este producto y quien ayudó a la creación de esta liga exclusiva para el mercado español.

Por su tamaño no es un cigarro que normalmente reseñaría, pues estas dimensiones siempre se me asemejan más a un cigarro para quemar un corto rato libre que dedicarle una fumada de lleno, pero el hecho es que igual tomé notas a fin de practicar la percepción de los sabores y ante el hecho que es un cigarro tan exclusivo, creo que sí vale la pena; además que la fumada fue bastante buena. El cigarro mide apenas 3,75 pulgadas de largo y tiene 50 de cepo, por lo que en mi mente me esperaban apenas unos 35 minutos de fumada. La capa es San Andrés mexicana, bastante irregular y con varios bultos, pero destaca aromas de cuero, bosta y melaza. En la tripa se aprecian aromas de madera, bosta, cuero y una sensación dulce, mientras que en la calada en frío luego del corte con doble hojilla, se aprecian aromas variados que incluyen cuero, frutos rojos (más hacia arándanos) y toque suave de madera.

Aunque desde el inicio carece de pimienta, el Triple B tiene una intensidad media, destacando sabores de cuero viejo, melaza y café, añadiendo a la mitad de este primer tercio sabores de café, notas florales y cerezas, que pueden ser una derivación del aroma de arándanos que sentí en frío. Hay ocasiones en que la intensidad llega a media-alta, pero por lo general se mantiene en media. La construcción del cigarro es casi perfecta, destacando una ceniza sólida que se mantiene bien puesta sobre el cigarro sin importar el mal pulso que tengo y un anillo de combustión muy uniforme.

Para el segundo tercio el sabor de cuero viejo pierde ese adjetivo de «viejo» y se comienza a sentir como menos aromático pero igualmente presente, mientras que el sabor de café ya es parte central de los sabores, inclusive aportando una sensación amarga que me hace pensar en un café espresso. Las notas florales siguen presentes aunque ya perdió ese sabor de cerezas. Hacia la mitad de este corto cigarro se siente un sabor como malteado, que es más consistente en rones o whiskies que se les siente ese sabor de la malta, pero en este cigarro dura un corto rato.

Para el último tercio no hay grandes cambios con respecto al segundo, destacando los mismos sabores de cuero, café y notas florales, pero incluyendo algo de pimienta, mientras que en el retrogusto aparecen nueces, que ya venían desde los centímetros finales del segundo tercio. Esta adición de pimienta le permite al cigarro alcanzar la intensidad alta, razón por la cual hago todo lo posible por no perderme de nada mientras lo voy fumando lentamente y, muy para mi sorpresa, alcanzo los 55 minutos de fumada.

El Triple B es un cigarro bueno, no es una muestra de excelencia, sino una muestra de que un buen cigarro no tiene que ser el más caro y en 55 minutos pude disfrutar de una fumada placentera, con varios matices, excelente construcción, humo abundante y denso, y casi ningún problema. Si bien el mayor disgusto con el cigarro fue precisamente su duración, después de tomar esta foto todavía lo mantuve unos 5 minutos más. Es un cigarro que sin duda recomendaría siempre que tengas en cuenta esos temas.
