No hace mucho tuve la oportunidad de ofrecer una asesoría a un vendedor de tabaco en Venezuela, con el que entablé una buena relación y gracias a esa asesoría esta persona adquirió para la venta en Venezuela un lote de estos cigarros PUROcrata que son hechos en República Dominicana. Aprovecharon para obsequiarme un par de los cigarros y, si quería, reseñara alguno lo cual hago con gusto. Purocrata se trata de un cigarro hecho en Tamboril por la mano de William Ventura, de la fábrica El Maestro. Se trata de un cigarro con capa Habano ecuatoriana y capote y tripa dominicana, que no es especificado cuáles hojas. En términos de historia, Purocrata como marca es bastante reciente, apareciendo en el registro de Pymes dominicanas en la edición de septiembre de 2020, habiendo sido solicitada tan solo un mes antes.

Pero en términos de apariencia, la anilla es bastante diferente de lo que es la tradición de las decoraciones de cigarros de ese país. Muchos dirían que es hasta demasiado sencilla. A mí me parece que está bastante bien, aunque quisiera más información del cigarro que estoy por probar, pues no solo no tiene página web Purocrata, sino que la Fabrica El Maestro tampoco… a menos que fabriquen pianos ahí también. Igual con William Ventura, tienen mucha más presencia en redes sociales un tocayo que es barista que el tabaquero. Pero en cuanto al cigarro como tal, se trata de uno con capa Habano ecuatoriana, muy brillante y tirando hacia las tonalidades más claras sin llegar a ser definido como Claro. Tiene aromas interesantes que incluyen madera, durazno, cuero y una nota que me recuerda a sabores dulces y que en primera instancia relaciono con canela. En la tripa se aprecian notas de madera vieja, durazno y un toque mínimo de pimienta, mientras que la calada en frío presenta madera, cuero y tierra seca, por lo que no incluye alguna nota de relación con el dulce.

El Purocrata enciende rápidamente, de manera uniforme y sin tener que tostarlo mucho, con una intensidad de pimienta poco característica entre los dominicanos, pero que ciertamente le da una importancia e infunde un respeto en los primeros momentos de fumada que me hacen tomarme fumada con una cierta pausa que no esperaba. Al cabo de algunas caladas aparecen sabores de cuero y tierra, junto con una nota semi-dulce de pan tostado hacia la mitad del primer tercio que le da una nueva dimensión a la experiencia. Esa nota dulce es rápidamente acompañada por matices de azúcar moreno, canela y nuez moscada, mientras que en el retrogusto se sienten notas de regaliz y chocolate, que sustituyen a la pimienta que era la única presencia en las primeras caladas.

En el segundo tercio el Purocrata muestra menos tendencia hacia los sabores secos, o al menos una mayor inclinación por las notas más dulces que incluyen precisamente notas dulces, pero matices de caramelo y toffee, pero también un sabor de pasas que me hace pensar en el vino tipo Pedro Ximenez y que a partir de la mitad del cigarro se convierten más en un sabor tipo mermelada. En el retrogusto aparecen notas cítricas que acompañan una sensación de chocolate que ya es muy sutil y pareciera que es en esta parte donde menor presencia tiene la fumada. Técnicamente se ha comportado de maravilla, con un anillo de combustión muy recto, humo abundante y ninguna necesidad de retoque tanto por quemada como por humo.

Aunque han habido cambios significativos y de importancia en el Purocrata, para el último tercio no parece haber un cambio drástico con respecto al tercio anterior, sino más como una simplificación de esos sabores. Las notas dulces han desaparecido casi por completo, apenas manteniendo una sensación dulce pero sin matiz alguno, por lo que esas notas de caramelo, mermelada, chocolate o toffee desaparecieron por completo. Sí hay una sensación de tierra mojada, aunque sutil y la sensación cítrica en el retrogusto es la única que puedo calificar como agradable en este tercio, pero igual lo fumé hasta quemarme los labios, lo cual sucedió luego de 70 minutos de fumada.
Cada vez que me toca fumar un cigarro nuevo confieso que lo hago con algo de escepticismo. Cabe destacar que me encanta hacerlo, pero siempre trato de tener las expectativas en cero a fin de no dejar que ello me distraiga, pero ese miedo o sospecha de lo desconocido es imposible de ignorar y en lo personal tengo que admitir que una ausencia de presencia de redes sociales o de página web (o de ambas) y poca información al respecto siempre me va a generar más factores de desconocimiento que de confianza. Pero el Purocrata precisamente me sorprendió por su capacidad de atraparme con sus sabores en los primeros dos tercios, que en el sentido más de mercadeo podríamos argumentar que deja que sea su experiencia la que te devele sus misterios, o algún copy aspiracional como ese. En efecto, aunque el último tercio no deslumbre tanto como los dos primeros, es una experiencia agradable.
