Graycliff – Artisan Triple Wrapper

No sé si alguien ha mencionado esto antes y estoy seguro que en mi círculo de amigos no me he cruzado con el comentario, pero Graycliff es una de las marcas más raras que hay en el mercado, y no me refiero a una mala traducción de la palabra rare en inglés, que se traduce a escaso o de poca producción. Estoy hablando de raro en el sentido de extraño y misterioso. Para empezar, Graycliff es una marca que originalmente hacía sus cigarros en Bahamas, y no conozco otra marca de ahí. Los hacía (o sigue haciendo, no sé) en un resort llamado Graycliff Resort Hotel, así que básicamente eran una pequeña fábrica que existía en un lugar de veraneo que casualmente tiene la colección de vinos más grande del mundo, o al menos la tuvo. Por lo mismo, sus productos fácilmente alcanzaban un precio de $30 y solamente llegué a fumar uno que me pareció cualquier cosa: el Chateau Grand Cru. El resort también tiene una fábrica de chocolate y han hecho experimentos de combinar tabaco con chocolate. Sin embargo, Bahamas no es un productor de tabaco y a veces tienen unas producciones pequeñas, pero su inventario da para pequeñas exhibiciones en este hotel. Pero tiene sentido que siendo un lugar que produce tan poco, sea más caro importar tanto material como para hacer una producción masiva. PERO, la rareza de la marca no viene de su fabricación tan particular, sino que en los últimos (dos?) años han comenzado a lanzar una línea de bajo costo cuyas existencias básicamente han eliminado del mercado a sus productos de mayor precio. Comenzando con el White Label, que es producido por AJ Fernandez, pero también está este Artisan Triple Wrapper y algunos barber pole con dos o tres tipos de capa.

El White Label me pareció bastante bueno, pero en mi (corta) experiencia, estas fábricas que hacen cigarros con distintas capas en un solo producto despiertan la atención del curioso, pero normalmente no son un cigarro para alguien que sepa lo que quiere. Cuando uno está aprendiendo sobre los distintos tipos de capas que tienen los cigarros centroamericanos, se habla mucho de la diferencia de sabores que aporta un Connecticut vs. un Habano vs. un Maduro y en esta ocasión, Graycliff presenta las tres capas en un solo cigarro. Ahora bien, lo que he visto más comúnmente es la colocación de estas capas en orden de intensidad, comenzando por la más suave de primero y terminando con la más fuerte. Es decir, cuando lo enciendes, sería primero el Connecticut, luego el Habano y de último el Maduro, o algo en ese estilo, como con el Swamp Thang de MUWAT (Drew Estate). Pero más allá de la novedad, algo es cierto y es que hacer un cigarro barber pole o uno con doble o triple capa no es sencillo y necesitas verdaderos artesanos en la fábrica para crearlos, y por eso el nombre del cigarro es Artisan. Pero a fin de no extender demasiado este artículo, un dato sobre la construcción del cigarro es que no hay tres capas puestas en tres secciones, sino que el cigarro comienza cubierto en una capa Connecticut, luego se le coloca una capa Habano que comienza más o menos donde está la anilla y luego al final tienes una sección de maduro. Esto responde a un tema de precios, pues madurar una hoja cuesta más así que tiene sentido que tenga menos hoja madura que las demás, pero cuando fumas la primera sección del cigarro en realidad estás fumando las tres capas, en la segunda estás fumando dos y en la última es solo Connecticut. Dicho todo lo anterior, en frío este Artisan Triple Wrapper no desprende una gran cantidad de aromas o al menos no tantos como esperaría de tres tipos de capa. Incluye cuero, pasas, chocolate negro y paja en la capa, con notas de paja, madera, pimienta y un toque cítrico en la calada en frío.

Pero precisamente lo que mencionaba de ser un buen torcedor y un artesano, para lograr una ceniza así en un cigarro necesitas una buena mano de obra y pese al detalle en el anillo de combustión, el Artisan Triple Wrapper quema bastante bien, tiene un tiro fenomenal y desprende los sabores tan típicos de un maduro que esperaría, incluyendo chocolate, una nota suave de café, pasas, cuero, suave de pimienta y un poco más fuerte de caramelo. Intensidad es mucho más baja de lo que parece, incluso más baja de lo que suelen ser los 6×60 que es lo que este cigarro es. La fortaleza es media-baja, así que en realidad vamos bien.

Pero no sería descabellado pensar que con el cambio de capa los sabores cambien también, pero ese cambio realmente no es tan radical como pensarías. No es que en una calada sientes ciertos sabores y en la siguiente son otros. Lo que sí caracteriza la transición es que el sabor de chocolate va desapareciendo paulatinamente, mientras que los sabores de pimienta se van repotenciando así que el cigarro se siente más potente y la fortaleza es mayor, pero el resto de los sabores son relativamente similares, solo que en órdenes distintos de intensidad. Café, pasas, cuero, caramelo, fuerte de pimienta y suave (casi inexistente) de chocolate. Sigue quemando muy bien, el tiro es excelente y la densidad del humo es impresionante.

Algo llamativo de este Triple Wrapper es que la diferencia entre Habano y Connecticut no es tan obvia, aunque cuando le quité la anilla fue que noté la decoloración pero los sabores no cambian mucho, o al menos ese cambio no es tan notable como lo fue entre el maduro y el habano. Pensé que sería una sensación más cremosa y no, simplemente el sabor de pimienta es un toque menos fuerte y algunos sabores desaparecen, como el de café y el de pasas. Pero por lo demás, el cigarro simplemente se va suavizando y si eso es lo que quieren mostrar como un Connecticut, pues eso es lo que hace. El tiro, ceniza, anillo de combustión y densidad del humo siempre a la altura que me vino trayendo acostumbrado y al cabo de cinco minutos por debajo de dos horas, el Artisan Triple Wrapper llega a su fin.

Al principio del artículo, entre la retahíla de ideas que traté de plasmar, estaba el hecho que cigarros como este tienden a llamar la atención principalmente del curioso que quiere ver la diferencia que pueden hacer distintas capas en un cigarro. Después de fumarlo, efectivamente puedes comprobar que hay cambios entre un tercio y el otro, pero la realidad es que eso sucede con todos los cigarros, independiente de si tienen una, dos o tres capas. Todos los cigarros decentes tienen transiciones y quizá en este son más notables de acuerdo a cada capa que tiene, pero si lo hubiese fumado con una venda sobre los ojos estoy seguro que no habría podido determinar que tenía distintas capas. Lo mismo me ha sucedido cuando fumo cigarros barber pole o lo que llaman pin-stripe. El hecho es que la capa aporta bastante del sabor del cigarro, pero no es tanto como puedes creer y la experiencia de este cigarro lo demostró. El Artisan Triple Wrapper está divertido para verlo y para imaginar cómo serán esos cambios, pero a la hora de fumarlo se comporta como casi cualquier cigarro y eso está bien, pero no tiene esos cambios que pensé que tendría. Afortunadamente la marca no trata de cobrarte más por la inclusión de distintas capas ni por la experticia de crear un cigarro así, por lo que no hay daño causado ni ilusiones rotas. Solo hay un cigarro muy bien construido, con sabores interesantes pero que sigue siendo un cigarro de bajo costo. Recomendado, pero si no lo consigues, no te pierdes de tanto.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.

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