Hace unos dos o tres años tuve la oportunidad de ser invitado por Puro Habanos Venezuela a un evento en donde sus cigarros tomaron parte central, junto con un evento de catering y demás actividades. A partir de ese momento comencé a crear una buena amistad con Hector de PuroHabanos y con uno de sus amigos, siendo este último quien me regaló un Fundadores de 2005 que me dejó cautivado. Sin embargo, este amigo (de Hector) vive en España y no lo veo muy a menudo, pero con Hector hablo de manera más regular y cada tanto nos vemos e intercambiamos cigarros. Él muy fiel a sus habanos y yo a centroamericanos, pero realmente intercambiamos eso mismo a fin de que cada uno aprenda un poco más. Dado que siempre hablamos de ese Fundadores de 2005, en nuestra última reunión me obsequió este que tiene desde 2014.

Curiosamente, la marca Trinidad es una de las más nuevas dentro de Cuba, estando comercialmente disponible desde 1998 y para el Fundadores decidieron hacer un cepo ligeramente mayor al de los lanceros tradicionales, llevándolo a 40 en vez de 38, mientras que el largo sigue siendo el mismo de los lanceros tradicionales, en algo más de 7 pulgadas y media. Un tema que me llamó la atención es que este cigarro tiene muchísimos detalles de capa y varios conocidos que son expertos en habanos (o al menos tratan de serlo) se vieron sospechosos con este cigarro debido a esos detalles, pero como la persona que me lo dio nunca me ha dado un habano falso, decidí investigar un poco y descubrí que casualmente la mayoría de los habanos producidos entre 2014 y 2015 tienden a tener una gran cantidad de detalles en las capas, en gran parte por un déficit de materia prima en la isla durante esa época. En frío se sienten aromas a madera intensa en la capa y en el pie, mientras que la calada en frío, que siento bastante apretada, presenta notas de madera, vainilla y canela.

La gran mayoría de mis dudas desaparece durante el primer tercio del cigarro, en donde el cigarro quema bastante bien aunque el tiro apretado en cierto modo asegura que el cigarro va a durar más de lo que creía antes de encenderlo pero también la quemada va a ser lenta. En lo particular tampoco estoy apurado, así que ningún problema con eso, y esas primeras caladas comienzan con sabores de galletas, crema y notas herbáceas hacia el final, con un retrogusto de madera cremosa. En muchas ocasiones utilizo el apoyo de un filtro suave de HDR en mis imágenes, y este ayuda a destacar varios detalles del cigarro y especialmente de la capa, por lo que las imperfecciones de esta pueden ser más aparentes, pero en términos de sabores e intensidad, realmente no tengo duda alguna.

Para el segundo tercio no hay una transición destacada de sabores, manteniendo los mismos del primer tercio con el único posible cambio de una mayor complejidad en el retrogusto, en donde aparecen más notas de galletas y de pimienta, pero en general el cigarro mantiene sus mismos sabores, mientras que el anillo de combustión es generalmente recto y la ceniza tiende a aguantarse más tiempo del que pensaría en un cigarro de estas dimensiones. El tiro no mejora, lo que me lleva a hacerle un segundo corte con el fin de garantizar que no sea un tema de corte, lo cual realmente no mejora la fumada sino que me obliga a fumar igual de lento.

En el último tercio los sabores son los mismos, pero la intensidad de galletas y pimienta esta vez llega hasta el paladar, presentando además notas de especias dulces como nuez moscada, canela y vainilla, pero con el mismo tiro apretado, cosa que no cambió durante toda la fumada, sino que mantuvo sus sabores ricos y el humo medianamente abundante, aunque el tiro no hubiese cambiado, casi como si ese era el tiro que debía tener. Quedando unos centímetros de fumada, más o menos hasta la anilla, el cigarro se apagó y luego de dos intentos por reencenderlo, lo dejé, luego de una hora y 45 minutos de fumada.
Ciertamente este Trinidad Fundadores me hizo dudar varias veces sobre su originalidad, pero el hecho que Hector (quien me lo regaló, por si no lo leíste antes) nunca me ha dado un habano falso, y que sus imperfecciones coinciden con el período en que Cuba produjo cigarros con estos detalles, me eliminan las dudas sobre si es falso o no. Igualmente, las primeras caladas eliminan la duda así como el resto de la fumada. Podría parecer superficial y falto de detalles en la reseña, pero este cigarro fue falto de variedad en descriptores aunque con una inmensa riqueza de esos sabores mencionados, por lo que sin duda es uno de los mejores habanos que he fumado, aunque un tiro mejor me gustaría para una próxima oportunidad y realmente me hubiese encantado reseñar ese de 2005 que probé.
