A los venezolanos que deciden abandonar nuestras fronteras por las razones que sean y se han dedicado a emprender en otros países siempre les voy a aplaudir. No es fácil dejar a tu país, sean las razones que sean. En el caso de Useche Cigars, se trata de Willians Useche, quien tiene unos cuatro años viviendo en República Dominicana y desde hace un tiempo ha decidido emprender con su propia marca de tabacos. Willians comienza este largo recorrido con dos ligas, y hoy decidí probar el primero, un cigarro llamado Amazonas, que promete una fumada suave y está fabricado con hojas del tipo Corojo, todas provenientes de República Dominicana. El cigarro existe en vitolas toro y robusto, siendo esta última la que tengo, que formó parte del pack mensual de Rumbullion Club.

La capa Corojo de este Amazonas tiene un color relativamente pálido vs. otras hojas de este tipo que he encontrado, al punto que por un momento pensé que se trataría de un Connecticut, especialmente después de la mención que es un cigarro de fortaleza suave. La ficha técnica lo confirmó y ciertamente, sería muy oscura para un Connecticut. No obstante, la capa tiene infinidad de venas que no son consistentes con un Connecticut, lo cual efectivamente lo confirma. Presenta aromas agradables a cuero dulce, canela, pasas y notas ligeramente florales a todo lo largo, aunque el de pasas parece concentrarse en el último tercio, más cerca de la cabeza del cigarro. En el pie noto madera, pimienta verde y pasas, mientras que después de picarlo con la guillotina de doble hoja, me encuentro con una calada en frío que deja pasar aire perfectamente y aprecio notas de madera, pasas y cuero en la calada en frío.

El Amazonas enciende rápidamente, dado que trato de tostarlo lo mínimo y encenderlo de manera pareja sin quemar de más. Los sabores no se hacen esperar, pero me hacen pensar que me pude haber pasado con el fuego, pues hay algunas notas amargas que opacan la sutileza del sabor dulce con el que comienza la fumada. A medida que voy fumando más, me encuentro con notas de madera y cuero nuevo, ninguna sensación picante y un retrogusto ligeramente cítrico. El anillo de combustión no es recto, pero no requiere retoque de momento, mientras que la ceniza se sostiene muy bien, incluso hasta el segundo tercio. La intensidad de los sabores es media, mientras que la fortaleza es media-baja.

En el segundo tercio el cigarro mantiene esa nota de dulce suave, afortunadamente ya sin notas amargas, lo que me hace pensar que fue un tema de encendido y que quizá este lo debí haber hecho con fósforos o con algo que no emitiera una llama muy agresiva, típica de los encendedores de turbina. La sensación picante es inexistente, lo que me obliga a fumarlo con una cierta delicadeza, pues caladas muy seguidas o muy largas tienden a alterarle los sabores, pero cuando los mantengo a raya puedo apreciar madera, cuero, nuez moscada, anís y tierra mojada. La pimienta finalmente hace acto de presencia cuando supero la mitad del cigarro, no muy agresiva, pero ciertamente dándole una mayor personalidad al cigarro y logrando que se sienta más complejo. Esta pimienta entra en el retrogusto también en donde es acompañada por la nota cítrica, mucho más secundaria ahora, quizá porque también es mucho menos notable que la sensación picante en la nariz. El tiro es muy bueno y asegura que el cigarro se mantiene perfectamente encendido, incluso cuando la ceniza parece «esfloretarse» y el anillo de combustión continúa siendo variable, pero sin requerir retoques.

La anilla parece pegada con cemento, por lo que se deshace cuando trato de separarla, pero afortunadamente tengo otro de estos cigarros en el humidor, así que trataré de despegarla con mayor cuidado la próxima vez. La pimienta se diluye bastante en este tercio final, sintiéndose solamente en el retrogusto y esta vez a la misma intensidad que el cítrico, pero este cítrico comienza a sentirse en el paladar también, acompañado de anís y tierra mojada como principales, y cuero y madera como muy secundarios. La ceniza no pareció tener la capacidad de mantenerse mucho más sobre el cigarro y regularmente se cayó después de la primera columna, pero tanto el tiro como la quemada mantuvieron un buen ritmo. Al cabo de una hora y 35 minutos, el Amazonas llegó a su fin.
Todo emprendimiento realizado por un venezolano será motivo de mi curiosidad, dentro y fuera de Venezuela. En un país que por un lado parece tener muy buenas relaciones con nosotros pero por el otro lado impone visado obligatorio para su visita, creo que es un mayor reto no solo hacer los cigarros, sino que estos sean de calidad. El Useche Amazonas es uno de estos que calificaría como un buen logro, que es un gran ejemplo de primeros pasos y al que espero tenga mucho más que ofrecer en el futuro. La experiencia con el cigarro fue agradable, suave, no muy compleja, pero una que con gusto repetiría. Nuevamente agradezco el trato directo con el Sr. Useche para conseguir estos cigarros y a Rumbullion Club por ofrecerlos en su pack mensual, que siempre presenta cigarros diferentes.
