Drew Estate – Liga Privada No. 9

Continuando la recta final de 2016 y fumando los cigarros nombrados por el Top 25 de Cigar Aficionado de 2015, este Liga Privada No. 9 se colocó en el décimo lugar para el año. Fabricado por Drew Estate, cuenta la leyenda que era un blend exclusivo del presidente de la empresa y que les pareció tan bueno que decidieron venderlo como un producto más premium. Por supuesto, este tipo de historias siempre hay que tomarlas como medianamente verdad, pues es perfectamente posible también que la marca Drew Estate, famosa por hacer cigarros bastante accesibles, quiera también participar en el mercado más premium sin tener que crear una marca nueva.

Drew Estate - Liga Privada No 01

Con este cigarro estrené exitósamente mi picador punch, aunque no me di cuenta que le rompí una parte de la capa. Esto no se va a notar en ninguna de las fotos (me esforcé por ello), pero afectó bastante la última parte del puro. En apariencia este puro es impresionante, con su tamaño imponente, su capa ligeramente aceitosa y la textura extremadamente dura, lo cual me hizo sospechar un poco de la consistencia y calidad del tabaco, pero luego descubrí que es algo normal. Esa parte que parece escrita a mano en la anilla le da un toque diferente, casi artesanal al tabaco.

Drew Estate - Liga Privada No 02

El hecho que no se trata de un cigarro maduro, sino uno de capa con mayor maduración, muchas veces llamado ‘doble maduro’ hace que desde el inicio los sabores no sean los que esperas y por ello sorprende desde la primera calada. El tiro es prácticamente perfecto y la ceniza muy blanca, cubriendo perfectamente un sabor intenso de madera con pequeños toques de chocolate y café.

Drew Estate - Liga Privada No 03

El golpe inicial de pimienta también está ahí, pero en general el humo tiene un carácter seco y sabores muy al estilo maduro. El final es medio y desde el principio no perdura tanto como pensaba que lo haría. El problema que tuve con el corte hace que solamente pueda fumarlo en una posición, por lo que cualquier variación hace que simplemente cale aire, pero siempre que controle por donde lo fume, voy bien.

Drew Estate - Liga Privada No 04

Comenzando el segundo tercio y las especias desaparecen, sustituidas por un sabor que combina nueces tostadas con toques de cuero y chocolate. Desde el principio también habían unos toques muy ligeros de tierra, pero en este tercio siguen ahí pero con tonalidades diferentes. El humo sigue seco, pero muy denso. Continuando la fumada encontré toques muy dispersos de madera y café también, lo que me hizo pensar que este cigarro parece ciertamente llamativo y fuerte, pero en realidad es una cornucopia de aromas y sabores muy variados, sin realmente enfocarse en uno solo. El chocolate parece ser el que aparece más a menudo, pero también desaparece muy a menudo.

Llegando a la mitad del puro y el sabor de chocolate parece ser el más continuo, aunque en sí mismo ha variado bastante, incluyendo toques de cacao, de chocolate negro y hasta de jarabe de chocolate. También le he descubierto algunos aromas de caramelo y cuero. Sin embargo, no fue hasta exactamente la mitad que apareció un sabor muy característico de cáscara de naranja, casi inconfundible y que me hizo impresionarme porque de verdad que le dio un toque singular al puro.

El humo también se hizo mucho más denso y menos seco, más cremoso, con un residuo tipo miel en el paladar. El final también comenzó a perdurar mucho menos, con sabores más ricos de tierra y café, y mucho menos chocolate. También comenzaron a aparecer tonos de especias y matices dulces que me dejaron reconocer otros aromas como un chocolate más suave y un sabor de café espresso muy rico. El Liga Privada No. 9 prueba que es un gran tabaco, pero no es para fumarlo continuamente, precisamente por su variedad de sabores, pero también por la variedad de riquezas de ellos. También es un cigarro con sabores muy intensos de tabaco, aunque nunca llega a ser un tabaco de intensidad fuerte.

Drew Estate - Liga Privada No 05

La madera se presenta de nuevo hacia el final del puro, coincidiendo con un la pérdida de esa textura cremosa del humo, regresando a ser mucho más seco, pero siempre llenándome la boca de una melodía interesante y rica de sabores. Las especias volvieron pero en pocas cantidades, junto con las nueces, el cuero y el café. El chocolate en este momento no fue tan rico como durante a la mitad del puro, que realmente fue la parte que más disfruté del cigarro; este último detalle me llamó la atención, pues en un puro del Top 25, esperaría conseguir esa sensación agradable al menos en el 75% del tabaco, y en este caso apenas lo logré en el 50. El tiempo total de fumada apenas si llegó a los 85 minutos, contando que la capa se terminó de despedazar y terminé fumando el puro como si se tratara de un porro, y quizá eso afectó la calidad de los sabores en el último tercio.

Publicado por diego440

Publicista, redactor y hasta director de arte. Siempre escritor, por eso ahora generando contenidos en digital.