El Murciélago fue originalmente lanzado en 2009 por EO Brands, siendo una de las líneas que ayudó a la marca a ganar popularidad en el mercado americano, junto con 601, Cubao, Mi Barrio y otras. En 2012 EO comenzó a desmoronarse y Erik Espinosa lanzó su propia marca, en medio de lo cual Murciélago cayó en el olvido, hasta que en 2015 volvieron a lanzarlo, con nueva imagen y una liga muy aproximada a lo que la original era. Como yo no probé la liga original no tengo marco de referencia, así que aquí va la reseña desde cero.
La capa se ve bastante irregular, venosa y áspera, me recuerda al Core de La Herencia Cubana que fumé hace poco. No estoy claro si me gusta la anilla del todo, pues tiene contrastes interesantes y el diseño minimalista me parece interesante… pero me recuerda demasiado al logo de Bacardi. En frío tiene pocos aromas discernibles, aunque hay un par de ellos que sí puedo determinar y me parecen hasta raros en un puro. Bueno, son aromas que no he apreciado (o no recuerdo al menos), pero que me extrañaría un poco que no haya más: arándanos (cranberry) y un toque de pimienta muy típico de cualquier nicaragüense. También se aprecia un fondo de café, pero más que nada en la calada en frío.
Al inicio del cigarro hay un aspecto medianamente ácido muy poco agradable en el cigarro, que no alcanzo a apreciar bien, pues no tiene sabor identificable. Cuando finalmente desaparece ese sabor se sienten una notas sutiles pero sabrosas de café y pimienta, seguidas de una base de tierra, y en el retrogusto es pura pimienta, pero no muy fuerte… pero me demuestra que el retrogusto será parte esencial de este cigarro para poder apreciar muchos de los sabores que tiene, pues la mayoría tienden hacia la sutileza. La línea de quemado desde el principio ha sido irregular, pero no desastrosa ni problemática, sino algo que se puede aguantar. La ceniza muy bonita, compacta y con un aspecto bastante claro.
Cerrando el primer tercio la pimienta se coloca en segundo plano y me encuentro descubriendo que aunque el Murciélago es un cigarro decente y con buen sabor, me está costando determinar un sabor particular que me llame la atención de él a partir de la cantidad de sabores sutiles de tierra, café y pimienta, pero de los que ninguno está realmente rico.
Aproximadamente hacia la mitad del puro se siente como la pimienta se realza de nuevo, como diferenciándose un poco del resto, pero con ella la línea de quemado demuestra que no se va a corregir, por lo que amerita un retoque. Durante un momento pareciera que la tripa y el capote queman perfectamente, pero la capa parece no llevar el mismo ritmo. Mientras se aproxima al último tercio, la pimienta aumenta su intensidad, pero el gran afectado parece ser la garganta y no tanto la lengua para apreciar los sabores. El humo en general del tabaco se siente más ácido también.
Por razones que desconozco, esta fue la última foto que tomé del Murciélago, pero afortunadamente el texto me llega aquí al último tercio, que es donde el cigarro tiene las mayores variaciones, con un aspecto incluso dulce para realzar un poco los sabores del cigarro y es donde se sienten los matices de arándanos y donde el cigarro se hace más complejo. Una prueba del retrogusto en este sector muestra más pimienta, pero con un humo que se está haciendo mucho más caliente y que desordena un poco los sabores que el cigarro había mantenido al principio de este tercio. Quizá mi mayor problema con este cigarro fueron los problemas de combustión, principalmente porque no es tanto un tema de que quemaba mal, sino que quemaba irregularmente. Los sabores estuvieron buenos pero no fueron extraordinarios, y por $8,50 por cigarro, esperaría que estuvieran mejores. El cigarro tiene sus partes buenas en cada tercio, pero ese toque ácido al principio y el hecho que durante algunas partes me costaba encontrar qué me gustaba de él hacen que no le pueda dar una buena puntuación.
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