Este cigarro bastante desconocido (al menos para mí) llegó como parte de un sampler bastante barato en el que cada puro costó alrededor de $2 en promedio. Sin embargo, la página de la que compré el sampler (AtlanticCigars.com) siempre me ha cumplido y me ha sorprendido más de una vez en sus samplers (este también incluía el AKA – Hybrid, que me pareció extraordinario). Este Pura Soul, al menos en papel, promete. Es el producto de un ‘joint venture’ entre Christian Eiroa y el jazzista Robert Wright. La página web de la marca es bastante escueta, tiene poca información y varios errores gramaticales. En la fábrica donde se crea este puro también se hacen distintos productos de Eiroa, incluyendo algunos Camacho, los Asylum y los (poco conocidos) CLE. Quizá lo que me llama más la atención es que el 100% del contenido del puro proviene de Nicaragua, pero es fabricado en Honduras.
Visualmente el cigarro tiene muy buena pinta, buen tamaño, mínimas venas y apenas se notan las uniones entre hojas. La textura es bastante lisa y no se le sienten detalles de preocupantes, con excepción de algunas grietas mínimas en el pie, que ya vienen siendo normales cuando se trata de un puro que ha pasado por un par de viajes. Los aromas no son muchos, pero donde se le sienten más son al picarlo, que se siente una gran cantidad de cacao y un aroma frutal de durazno seco. También tiene toques mínimos de madera, cuero y pimienta.
Finalmente me adentro en lo que debería ser el puro y los sabores aparecen en fila, comenzando por el cacao y la crema. Por los momentos no me ha impresionado y, por los vientos que soplan, no creo que me impresione tampoco… tiene pinta que será un típico nica, lo cual no es nada malo, pero tampoco es sorprendente, al menos no con uno nuevo.
Pero sí llega a ser sorprendente, pues apenas en el primer tercio está lanzando sabores a diestra y siniestra, incluyendo cacao, crema, café, toffee, nueces y tierra. También ha sido de intensidad media desde el principio, por lo que esperaría que a partir de la mitad se vuelva mucho más fuerte. El segundo tercio comienza con un chute cítrico bastante llamativo, de se que se siente en la nariz y se prueba en la lengua. El tiro no está mal, pero la cantidad de humo que sale del pie del puro es casi igual que la que suelto en cada calada.
Ese cítrico de hace un momento se ha convertido en pura naranja con crema, mientras me acerco a la mitad del puro y pareciera que todo se calma un poco, cesan los cambios y los sabores se apaciguan un poco y puedo reflexionar sobre el hecho que en términos de sabores y calidad, este puro se aproxima bastante a los típicos nicaragüenses que nos gustan, quizá se le siente un 30% menos de intensidad de sabores, pero por $5 cada uno, no importa tanto.
Luego de esta foto comenzó a llover y tuve que resguardarme. Igual al poco rato le quité la anilla y ya se convirtió en un puro más. El sabor se mantiene muy balanceado y el final perdura largo rato en el paladar. Los sabores continúan en la misma variedad, aunque el cuero comienza a sentirse más intenso. Al adentrarme en el último tercio el resto de los sabores parecen continuar la tendencia del cuero, haciendo la presentación típica de los conciertos de jazz de todos los integrantes del grupo, uno a uno. La crema, el café y el toffee dominan. La nicotina también aparece intensa y aturde bastante, pero el cigarro se mantiene muy bien en términos de tiro y cantidad de humo, y no se calienta demasiado. Eventualmente lo dejo de lado y agradezco de nuevo por ese sampler de Atlantic.
Humo y Tabaco 