El señor Erik Espinosa, por medio de sus distintas marcas como Murciélago, Espinosa Cigars, 601 y otras, siempre ha creado productos para distintos perfiles que se suelen ajustar e incluso hacer leales a ciertas marcas porque tienen perfiles similares a sus gustos. Dentro de ellas, hay productos como el 601 La Bomba, que siempre es un cigarro muy intenso o el Murciélago, cuya capa San Andrés mexicana hace de él una fumada compleja. Pero a veces, Erik hace algo completamente distinto y los resultados casi siempre han sido excelentes, como es el ejemplo del 601 Black Connecticut. El año pasado, la marca hizo uno de estos enfoques distintos con el Laranja Reserva Azulejo, el tercer producto de la línea Laranja, con una capa Sumatra ecuatoriana sobre capote Arapiraca de Brasil y tripa de cuatro regiones de Nicaragua. Además, el cigarro es producido por AJ Fernandez en su fábrica llamada San Lotano, ubicada en Ocotál, Nicaragua.

El Laranja Reserva Azulejo está disponible en cuatro vitolas, de las cuales esta es la Corona Gorda, con dimensiones de 6 x 46, pero llega hasta el Gordo 6 x 60. La capa tiene casi cero variaciones de color por todo lo largo, con un box press bastante notable y distintos tonos de azul por la anilla y el lazo inferior. La capa tiene aromas a establo, cuero, pasas y algo que me recuerda el mar, o la cocina en el mar, pero el aroma más destacado sin lugar a dudas es el establo. En el pie, notas abundantes de madera y en menor escala de chocolate y nueces, mientras que la calada en frío se siente intensa en notas picantes pero también incluye chocolate, granos de café y jugo de manzana. Sin embargo, carece del característico tiro super suelto de Espinosa, y ya con eso me llama más la atención.

Los sabores iniciales son intensos y eso es algo que esperaba con un cigarro de este cepo, especialmente cuando revisas la lista de vitolas en la que está disponible y notas que hay uno de cepo 60. En la mayoría de los casos, si está disponible en vitolas grandes, cuando lo pruebas en las más pequeñas, será de fortaleza alta y de gran intensidad, como es el caso con el Laranja Reserva Azulejo. Los sabores iniciales son de cuero, pan, pimienta y nueces tostadas y un retrogusto abundante de pimienta. Más adelante en la fumada pero todavía dentro del primer tercio, se siente como si se tranquilizaran esas intensidades iniciales y el cigarro parece calmarse y se asienta en sabores a nueces y galletas saladas (como las saltinas), seguidos de notas minerales (muy típicas de la línea Laranja) y pimienta. El retrogusto es de pimenta, sal y sensación de quemado, con una fortaleza media-alta y una intensidad similar.

Las notas tostadas continúan siendo una parte importante del cigarro, aunque no son el sabor principal y eso es bueno porque a veces se sienten más como quemadas que tostadas. Les acompañan notas de madera y mostaza como las principales, un toque dulce afrutado, nueces, galletas saladas y una nota cremosa y salada también, que se siente bastante rara y no sabría cómo describir en forma de un alimento. El retrogusto es de pimienta blanca y roja, maní y cuero, que es acompañado de una nota cítrica cuando supero la mitad del cigarro. La intensidad y fortaleza siguen siendo media-alta, mientras que todo lo que es quemada, velocidad, anillo de combustión y tiro está perfecto.

Cuando superé la mitad del Laranja Reserva Azulejo, el anillo de combustión comenzó a desvariar un poco, pero el sabor de tierra se coloca entre los primeros, manteniendo el de galletas saladas y «crema salada» entre los secundarios, pero muy presentes. Hay sabores de madera quemada y tostado en general que le aportan notas un tanto fastidiosas a veces, porque no es ahumado, sino quemado, mientras que el retrogusto es de madera y notas frutales que incluyen manzana verde y notas cítricas, aunque más de cáscara cítrica que de cualquier otra cosa. Más allá del anillo de combustión, el cigarro no presentó problemas técnicos, pero la fortaleza se colocó en alta en el último tercio y eso provocó que fumara más lento y por ende, que en ocasiones tuviese que darle caladas rápidas para mantener la llama. Al cabo de una hora y 35 minutos, el Laranja Reserva Azulejo llegó a su fin.
No es común ver el color azul en anillas de cigarros, al punto que muchas marcas lo consideran de mala suerte, como los hoteles que no tienen piso 13. Más allá de la superstición, el Laranja Reserva Azulejo tiene uno que otro detalle que levanta sospechas, uno siendo que en los primeros 5-10 minutos, el anillo de combustión es terrorífico y aunque estoy acostumbrado a estas imperfecciones o al menos no me sorprenden, hubo un par de ocasiones en esta fumada que temía que no se corrigieran. Con excepción del Sensei’s Sensational Sarsaparilla y el Estella, todos los Espinosa que he probado se han mantenido en los 80s de puntuación, con un 87 siendo la figura más constante. Este Laranja Reserva Azulejo va a mantener ese estándar, pero me gustaría probarlo en robusto o toro, pues creo que el cepo mayor ayudaría a suavizar un poco los picos de alta intensidad que este presentaba sin mucha antelación.
